08 de agosto, 2013.
Observo a Rubén desde mi ventana. Él se ha mantenido alejado de mí. Más que antes.
Supongo que aquel beso lo arruinó. Un beso que todavía se mantiene en mi memoria y se repite en cada momento.
Escucho un alboroto en la entrada y cuando veo a la persona, doy un respiro profundo antes de dirigirme hacia allá.
Los de seguridad no lo dejan pasar y eso me alegra. Me acerco a ellos y él qué empezó el alboroto se calma.
—¿Por qué estos tipos no me dejan pasar?
—Por qué no eres bienvenido aquí —intento pasar por los guardias, para salir. Una mano en mi brazo me interrumpe el paso.
—No puede salir —dice la persona que sujeta mi brazo.
—Y él no puede entrar aquí, Rubén —lo miro—. Saldré un momento para hablar con él.
—Estaré aquí... Por si me necesitas —asiento y me suelto de su agarre.
Estoy enojada con él. Porque se mantiene alejado de mí, cuando yo quiero estar cerca de él.
Retomo el paso y caminado alejándome de ahí unos metros. Adam me sigue. Cuando estamos lo suficientemente lejos para que no nos escuchen, me detengo.
—¿Qué haces aquí?
—Shelley... Yo... No quiero estar lejos de ti —me rio, con ganas.
—Adam, si eso quisieras no hubieras hecho aquello.
—Me equivoqué —da un paso hacia mí y retrocedo—. Todo el mundo se equivoca.
—Adam...
—Ni siquiera la recuerdo. Porque solo te recuerdo a ti —frunzo mi ceño.
—Leíste algún libro antes de venir aquí. Porque con esa labia no vas a conseguir que vuelva contigo —me burló de él.
No me doy cuenta del paso que da hasta que está frente a mí, con sus manos en mis hombros. Y su boca sobre la mía.
Me congelo por unos segundos por la forma en la que ocurrió, pero segundos después me recupero.
Mi ceño se frunce y lo empujó con fuerza cuando intenta meter su lengua en mi boca. Y mi mano impacta en su mejilla con bastante fuerza para dejarle una marca de mis dedos en su mejilla.
Paso el dorso de mi mano por mi boca, tratando de limpiarme.
—No te atrevas a volver intentarlo —gruño—. Quiero que desaparezcas de mi vista y mi vida. No quiero saber nada que tenga que ver contigo.
—Shell...
—No olvido lo que hiciste y será mejor que tú tampoco lo hagas —levanto mi mentón—. Desaparece, Adam. Por las buenas o por las malas.
Él asiente apretando su mandíbula.
—Bien. Pero luego no vengas a mí —aquí está su verdadera cara—. Porque me tendrás que rogar.
—No te creas tanto, Adam —es lo último que digo y camino a mi casa.
Le doy una corta mirada a Rubén y paso de largo.
Necesito estar sola. Pero también necesito que alguien me dé un abrazo.
Desearía que ese alguien fuera, Rubén
Pero sé que él no será.
09 de agosto, 2013.
Le doy un sorbo a mi café y termino devolviéndolo a la taza por lo caliente que está.
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Siempre has sido tú [#2] ✓
RomanceLibro 2 de la bilogía: Mafia. Cuando Shelley descubre que una de sus mejores amigas está en peligro y a punto de irse de la ciudad, decide que una mejor solución sería su hogar. Así que, ahora vive con sus mejores amigas y los esposos de ellas, sin...