Extra 3

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Horas Después.


Observo a la pequeña cosita en mis brazos, mientras succiona mi pezón con fuerza.

Acaricio su pequeño rostro de querubín y sus pequeños deditos sujetan uno de los dedos de su papá. Su cabello es un rubio demasiado claro, quizás con el tiempo se convierta en un rojo como el de Rubén o quizás un color oscuro como el mío. 

—No creí que fuera posible amar tanto a alguien después de conocerlo durante unas cuantas horas —susurra—, pero con solo mirarlo hace que mi pecho se infle de amor.

Entiendo lo que dice. Yo siento lo mismo por nuestro hijo. Es un amor diferente al nuestro. Más puro.

—Eso me sucede cada que te miro y ahora también me pasa con esta cosita chiquita —me sonríe y se acerca a dejar un beso en mis labios.

La pequeña cosita suelta mi pezón y se me queda viendo. Le echo un vistazo a mi esposo y sé que quiere botar sus gases. Le indico que lo tome y sonríe.

—Es tan pequeñito —murmura tomándolo en sus brazos.

—Dile eso a mi vagina —suelto.

Me mira y lo medita unos segundos antes de asentir en acuerdo de mis palabras.

—No pensé que fueras un papá oso —murmuro divertida.

Hace unas horas vinieron los Johnson y cuando tomaron al pequeño bebé, Rubén los observaba como si quisiera quitársela de los brazos y echarlos. Y lo hizo... de una manera amable.

—Solo quería que descanses —dice un su defensa.

Omito decir que también estuvo observando así a todos los que vinieron después de los Johnson. En realidad lo agradecía. Solo quería estar con ellos, al menos las primeras semanas. Y no me importa si eso me hace una madre egoísta. Puedo vivir con ello.


Un mes después.


Creo que nunca me he sentido así de feliz. Es una felicidad diferente a cuando Rubén y yo empezamos a salir o cuando nos casamos. Es muy diferente

Es una felicidad de saber que finalmente tengo lo que siempre soñé. Una familia. Mi propia familia.

Sonrió viendo a Rubén con el pequeño Roy en brazos. Mientras trata de hacerlo dormir.

Hay momentos como esté que me preguntó si estoy soñado, pero luego cuando mi esposo me regala una de esas sonrisas tan encantadoras, sé que no.

Esto es mucho mejor que un simple sueño.

Rubén se percata de mi presencia y me sonríe.

Mi corazón se llena cada que miro a Rubén con nuestro hijo.

Si, esto es mucho mejor que un sueño.


Cinco meses de Roy.


Frunzo mi ceño cuando mi pequeño Roy deja de llorar al segundo que mi esposo lo toma en sus brazos.

—Al menos ya se a quien quiere más —murmuro y Rubén se ríe.

Evitó sonreír hasta que estoy fuera de su vista.

Siempre has sido tú [#2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora