Capítulo 24: ¿Cita?

710 60 1
                                    

Así que lo primero que hago al llegar a casa de Analía es abrazarla y disculparme por comportarme como una adolescente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Así que lo primero que hago al llegar a casa de Analía es abrazarla y disculparme por comportarme como una adolescente. Segundos después ella también lo hace.

Es difícil estar enojada con alguna de mis mejores amigas.

Nos sentamos en el sofá mientras conversamos, mientras esperamos a Dakota.

—¿Le darás una oportunidad? —pregunta de repente.

—Si, pero primero lo haré sudar un poco intentando conquistarme —se ríe y yo también lo hago.

—Si, ya quiero ver eso.

Si, yo también. Aunque sería estupendo verlo sudar de otras maneras.

¡Joder! Contrólate, Shelley.

No sé cuándo tiempo estuvimos esperando a Dakota, hasta que me aburrí y me fui a sentar al jardín, mientras Analía atendía a su pequeño.

Por pequeños segundos me imagino corriendo detrás de un bebé. De mi bebé.

Cierro mis ojos y tomo una gran bocanada de aire. Quitando esas imágenes de mi cabeza.

Con Rubén tendríamos lindos bebés.

—¡Mierda! —abro mis ojos rápidamente—. Estoy jodida.

—¿Qué tan jodida? —pregunta una voz a unos metros de mí.

—Tan jodida como para pensar en tener bebés contigo —evito decir eso. No lo pongamos incómodo.

—Tan jodida como se pueda estar —le doy una mirada rápida antes de fijarla en el césped.

—Hable con tu hermano —dice mientras se sienta a mi lado.

—Lo sé.

—¿Sabes lo que me dijo?

—Lo sé—evito mirarlo. Se ríe.

—Luego de una gran conversación... —se queda en silencio—. Dijo que podía conquistarte.

—Lo único malo de esto es que... —me interrumpe.

—Sé que pasó demasiado tiempo, Shelley. No sé me olvida, no podría —muevo mi cabeza hacia él—. Pero también sé dé las segundas oportunidades.

—Jamás doy segundas oportunidades —murmuro negando.

—¿Podrías hacer una excepción? —me mira fijamente—. Sola una.

A ti te daría todo lo que pidas.

«Hazte la difícil. Tampoco sé lo entreguemos en bandeja de plata.»

—Una excepción —murmuro.

Suelto un suspiro antes de levantarme, él también se levanta lo observo fijamente antes de ganarme a su lado y murmurar.

Siempre has sido tú [#2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora