Capítulo 20: Mentira

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Observo a mi tía y ella me devuelve la mirada, mientras frunce el ceño por mi mano enyesada. Le doy una sonrisa tranquilizadora.

—Un mal golpe —murmuro y camino a la cocina.

—¿Dónde está Bruno? —pregunta entrando en la cocina.

—Fue a ver a Sadrine. Está un poco distraído por lo de su ex... Esposa.

—¿Esposa? —me mira confundida. Asiento y le cuento una parte de la historia. —¿Querrá volver con Bruno?

—No lo sé y Bruno está bastante confundido. En unos días volverá a Italia.

Mi tía da un gran suspiro y niega con la cabeza antes de encogerse de hombros.

—Ulises me contó algo antes de irse —me mira y frunzo el ceño.

Ese hijo de put...

Hace una semana Ulises llegó de Boston, ya que solo iría a ver la empresa antes de ir a trabajar realmente. Y hace dos días se volvió a ir a Boston junto a Diego, para ahora sí trabajar.

Supongo que antes de irse a Boston no pudo mantener la boca cerrada.

—Todo lo que dijo es mentira.

—Que lo niegues antes me confirma que es verdad —se ríe y hago una mueca.

—¿Qué dijo?

—Qué estás fingiendo ser la prometida de Bruno delante de ese hombre con el anillo de tu madre.

—Solamente es un juego —murmuro preparando café.

—Jugar con los sentimientos de otra persona no es un juego.

—No estoy jugando con los sentimientos de nadie, mucho menos con los de él.

—¿Estás segura? —pregunta y me quedo en silencio. Le paso una taza de café.

No, no estoy segura.

Solo me dejé llevar por el pasado.

Mierda.

—Y Bruno me contó que se besaron —dice rápidamente antes de darle un sorbo al café.

—¿Qué me besé con quién? ¿Con él o con Rubén?

—¿Te besaste con Rubén? —abre los ojos sorprendida.

—¿Así que hablabas del beso de Bruno? —pregunto nerviosa y asiente.

—¿También te besaste con Bruno, Elly? —abre mucho más sus ojos.

Mierda, caí en su juego de mentira y verdad.

Ella no ha hablado con Bruno.

—Volveré a cambiar mi apellido a Rinaldi —cambio de tema. Me mira sorprendida.

Puede ser un poco confuso, pero Grier no es nuestro apellido o sea si es pero, no como tal. Antes de que ese policía fuera a la casa y nos contará sobre nuestra madre con Diego siempre pensábamos que era el apellido de nuestro padre.

Unos días después buscamos información donde sale que mamá cambio nuestros apellidos al llegar aquí a Usa. Así que, supongo que lo hizo para que no nos encontrarán.

Y luego, mi tía nos contó que ese es el apellido del hombre que mamá amaba.

—¿Lo harás?

—Sí. Ya no tenemos que estar escondidos —me mira con lágrimas en los ojos—. Para el lunes ya no seremos Grier.

***


—¿Qué sucede? —indago a Bruno.

—¿Y la tía?

Siempre has sido tú [#2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora