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Capítulo 04

Un impulso

Almorzar en el colegio era divertido, hasta que impusieron esa norma de que no debíamos entrar en los salones.

Para Madeline y para mí no era un problema, teníamos una copia escondida de el salón donde nos conocimos, ambos almorzamos allí todos los días desde hace 4 años, es nuestra pequeña tradición.

Sin embargo, hoy faltó a clases, tenía que irse a Londres por el trabajo de sus padres, por buena suerte, vuelve en la noche.

Para mí mala suerte, tenía que pasar el almuerzo en la cafetería de el colegio, lugar donde estaba cada uno con su grupo de amigos.

Como habrán notado, no tengo un grupo de amigos, los chicos del ajedrez, podría estar con ellos pero no tenía el ánimo para hablar sobre ese tipo de temas.

En una mesa bastante separada de los chicos de ajedrez, estaba Freya, Jane y Alfred, los tres sentados con otros chicos con los cuales no socialice en ningún momento de mi vida, pero sabía quienes eran.

Allí no era bienvenido, mi última opción era Arthur, su grupo de amigos era pequeño, tenía una mejor amiga y dos amigos, ellos eran buenos compañeros, solían respetar a los demás, pero sin embargo, hablaban sobre los demás.

Mi última y no mala opción, era la indicada, me acerqué a la mesa para sentarme.

Ellos me dieron una pequeña bienvenida, eso me causó una sonrisa, eran amables, y entre ellos se bromeaban, eso me hacía sentir más seguro de que Arthur es un gran chico para Madeline.

Comí mi almuerzo tranquilo, sin preocuparme de sacar tema de conversación, no tenía ganas de hablar y ellos no querían sacarme conversación.

–¿Evan? ¿Tú qué clase tienes después?– cuestionó la chica dirigiéndose a mí.

–Biología, ¿Tú cuál tienes?

–Física.– bufó con fastidio.

Allí quedó la conversación, la campana sonó luego de unos minutos, cada uno se fue de la cafetería para irse a sus clases, yo hice lo mismo por obvias razones, me retrase un poco debido al gentío.

Al llegar al laboratorio, me encontré con que sería una clase practica y qué debíamos aprender a utilizar el microscopio y debíamos ver la diferencia entre la sangre y el agua.

Para mí lastima, era en parejas, la única persona disponible fue Freya, así que me asignaron junto con ella.

Ambos usamos el microscopio, ella tomó una gota de sangre que nos entregó el profesor y la colocó entre los vidrios para verlo en el microscopio.

Ella anotaba las características de la sangre y yo las de el agua.

Cuando terminé de hacer mis observaciones, le entregué mi parte, ella empezó a escribirlas en su libreta, cuando terminó ella me dio su libreta para yo escribir sus observaciones.

El profesor empezó a explicar sobre la sangre, yo tomé notas de lo que decía, sabía que iba a ver un examen bastante largo después de esto.

En un momento, él dejó de hablar de el tema y empezó a comentar una anécdota, me giro a ver a Freya, ella estaba distraída dibujando en la misma libreta, supe que sintió mi mirada porque se volteó para verme.

"Si es aburrido" entendí que susurró, me reí bajito porque tenía razón.

Pero el profesor se dio cuenta.

–¿Señorita Deux y señor McConaughey? ¿Pueden contarle a sus compañeros el chiste que acaban de hacer?– cuestiona el profesor con cierta molestia.

MadelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora