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Buenas (tardes, noches o días), que no publique no significa que no esté escribiendo, así que se me calman, aparte que al igual que ustedes, también leo (y en exageración). Otra cosa es que estoy publicando en mi otra historia (de Romance, se llama Siénteme), y ahora vengo con demasiadas ideas de escribir una sobre Fantasía. *pain* pero bueno, disfruten, les mando un beso y espero se encuentren bien.

Evan.

Siempre he odiado la policía.

Nunca me ha gustado, mucho menos sabiendo que mi padre es el sheriff.

Mi padre no es alguien que haya admirado durante toda mi vida, lo hice desde pequeño, pero con el paso del tiempo logré odiarlo, no por el hecho de el abandono extraño que causó; sino por el hecho de como trataba a mi madre.

Ambos son una bomba atomica juntos, se mantienen solo por mi hermana y yo: es decir, somos lo único que los une.

A veces solo quisiera desaparecer de la tierra cuando discuten.

Y estoy seguro, porque acabo de ver a mi padre pasar frente de mí, que en la noche la discusión será gigante. Es lo único que ocupa mi mente ahora mismo.

Que estoy frente a Freya, hablando sobre que carajos vamos a decirle a la detective sobre ayer.

–A ver, yo digo que ambos digamos que a eso de las 11 nos visitamos, tu dejaste a Madeline en su casa y ya.– explica y asiento.

No es mala idea, pero ¿podré mentirle a la detective?

Por… bueno, demasiadas partes tengo miedo, en muy pocas partes no tengo miedo.

Sé que soy capaz de mentir, ¿pero seré capaz de hacerlo en frente de alguien que sabe cuando mientes?

Aparte Madeline, movieron su cuerpo, está en una camilla envuelta. Hay algunos forenses en donde estaba el cuerpo de ella, quedó una inmensa mancha de sangre la cual están inspeccionando.

–¿Evan?– llama alguien, salgo de mi pequeño trance, giro mi cabeza hacia la persona que me llamó.

Era Alice.

–¿No sabes que pudo haber pasado?– cuestiona un poco triste.

–Ni idea.– mentí.

Aunque ayer estaba con ellos, sé que uno de ellos fue, la seguridad que siento al saber todo esto.

Por un momento todo queda en silencio, observo a Jane, está sentada en la banca frente a la puerta de el salón, esperando a que salga Alfred, el cual está siendo interrogado.

Giro mi cabeza, Arthur está recostado a la pared con la mirada perdida, Alicia llora de forma silenciosa, Freya recoge sus piernas en la banca para abrazarlas.

Me relajo y observo a mis compañeros, me doy cuenta que soy un idiota al pensar que en lo único que me debo preocupar es en mentirle a la policía.

Este no soy yo.

Perdí a mí mejor amiga, mujer que me causaba una sonrisa su sola existencia, que podía lograr estragos en mi cuerpo, podía dar mi vida por ella.

¿Por qué actúo como un idiota en frente a todo?

Nunca he sido una persona sensible, pero tampoco estoy hecho de piedra, no soy un mierda como para no llorar por la muerte de un ser querido.

No sé muy bien porque mi cuerpo actúa de esta forma, o al menos mi cerebro, no tiene ningún sentido.

Trato de distraerme viendo a Freya, la cual está un poco nerviosa, le tomo la mano para que se relaje, me brinda una sonrisa, giro mi cabeza frente al salón.

Sale Alfred, tiene una mueca en su rostro, él se acerca a Jane para tomarle la mano, ella le brinda una pequeña sonrisa.

–Alice Wallace, te toca.– anuncia la detective, la observo mientras se limita a sostener la puerta y mantener la distancia con cada uno.

Alice entra, cierran la puerta, y sin esperar ni un segundo, Freya habla.

–¿Qué dijeron?– cuestiona con cierto miedo en su tono de voz.

–Estuvimos toda la noche juntos, no tuvimos que pensar mucho en la respuesta.– aclara Jane antes de que empiece hablar Alfred, él solo hace una mueca, se pone a su lado.

–Claro, tú y Freya tienen una perfecta coartada y de mí no queda nada.– se queja Arthur mirándome con cierto enfado.

Volteo los ojos para mirar a la chica que me gusta, la cual está bastante distraída en todo momento.

–¿Evan? ¿No sabes si a tú papá le puede quedar el caso y le contamos como fue todo?– pregunta Jane con cierta demanda que me hostiga.

Por eso la dejé.

–Mi padre no es especialista, no le puede quedar el caso.– explico, segundos después observo como mi papá sale de la cafetería del instituto junto con una oficial.

Solo lo ignoro, siento la mirada de Arthur sobre mí, Jane y Alfred se quedan hablando en voz baja, yo solo le tomo la mano a Freya la cual se siente un poco angustiada pero trata de no lucir así.

–No entiendo… Madeline era tan… increíble, saben? Era alguien digna de admirar.– murmura Freya bajo, le aprieto la mano, cuando noto la mirada de odio que le brinda su amiga.

–¿Irónico verdad? La principal sospechosa me pareces tú, siempre adulando a Madeline, todo lo que hace, lo que viste, lo que dice, das miedo.– admite Jane un poco molesta.

Agradezco que mi papá se haya ido al otro lado del instituto para que no nos escuchen.

–¿Sospechosa? Pero si estuve con Evan toda la noche.– mentira no es.

–Evan es mi segundo sospechoso, no te creas.– vuelve a señalar y eso me molesta.

–¿Estás segura de sospechar de mí? ¿Tú? ¿La que se quedó con Madeline mientras nosotros íbamos a la biblioteca?– bajo la voz para que nada más ellos me escuchen.

–Sé que no suena bien pero apenas se fueron yo me aleje de ella a buscar a Alfred.– asume Jane como si no hubiera tenido la culpa, eso nos hace mirar a Arthur, el cual se ríe de forma ironica.

–Justo ayer, le pedí a Madeline ser mi novia, ayer, el día que se suponía ser feliz, ¿Por qué carajos la mataría?– él se excusa con bastante razón, eso me hace mirar a Alfred, él cual se mantiene callado en todo momento.

–¿Me van a culpar a mí solo porque no tengo razones personales con Madeline? Tiene menos sentido, ustedes tienen un lazo personal con ella, quizá estaban resentidos o no sé, realmente me da igual, solo estoy aquí por Jane.– confiesa Alfred en cuestión de segundos.

–Claro, el idiota habló.– murmuró Freya, Alfred la miró desafiante.

–Freya, mejor cállate, tu fuiste la que aceptaste en primer lugar para reunirnos, sabes que a mí no me gusta salir en general.– asume Jane molesta.

–¿Sabes Jane? Siento pena por ti, por tu novio, y por Madeline, pero no me sentiré mal por algo que no es mi culpa, morir es totalmente natural, estás dramática porque sabes que te pueden culpar por eso, porque la odiabas: la odiabas desde el momento en el que la viste con Evan, porque eso es verdad, han pasado 4 años y sigues sin superarlo, estando con Alfred.– Freya se levanta de golpe, se ubica en frente de ella y la señala.

–Y ten esto muy en claro, Evan ya no está disponible.

Eso me apena, bajo la mirada, realmente no tenemos nada aún pero está bien si quiere tener algo conmigo.

Jane le toma la muñeca a Freya con fuerza.

–¿Qué? ¿Me vas a matar a mí también?– escupe Freya, yo miro a los muchachos que no hacen nada por separar el dúo de chicas.

–¿Qué clase de mejor amiga eres?– cuestiona Jane soltando la muñeca.

Freya se va de allí.

Abren la puerta de el salón de clases.

–¿Evan McConaughey?

MadelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora