𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐

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"La mitad de su belleza era su extraña manera de pensar"


2016

Eli no sabía cuánto tiempo se había quedado mirando a la chica británica. El tímido chico tenía un gran flechazo por aquella chica sarcástica. Desde que la vio por primera vez, en la primaria y Morgan lo defendió de un grupo de amigos que lo molestaban, quedó completamente enamorado.

- Estoy muy aburrida. - comento la adolescente, de apenas catorce años.
- ¿Tu no estas aburrido, Eli?.

- Ajá. - respondió Moskowitz, saliendo completamente de sus pensamientos. - ¿Quieres ir a algún lugar?.

- Uhm, si. - respondió Black. - Oye Eli ¿Por qué no vamos a él campo?.

- De acuerdo.

Ambos salieron de la casa de Eli y se dirigieron caminando a él campo. Se quedaron callados todo el camino, no hacían falta las palabras cuando estaban juntos.

Cuando llegaron, Morgan miró con una sonrisa el campo. Era completamente verde. Estaba pavimentado de hierba. Había una que otra flor de color amarillo y rosa, además de que el cielo azul le hacía juego.

- ¡El último en llegar pierde! - exclamó Morgan, con una sonrisa divertida.

Black comenzó a correr hacía el medio de el campo. Eli la siguió, sonriendo tiernamente. Cuando llegaron ambos se tumbaron en el pasto, disfrutando de la compañía y el paisaje en donde se encontraban.

- Es muy lindo. - comento con timidez, Eli.

- ¿Sabés que no debes de ser tímido conmigo, verdad? - cuestionó Morgan.

Eli la miró con una sonrisa. Dudo lo que iba a hacer, pero se tenía que arriesgar. Tomó la mano de Black, con suma delicadeza como si fuera lo más frágil del mundo, lo más delicado y hermoso. Morgan miró sus manos, sonrió con ternura.

Eran dos personas que quisieron ser todo, pero al final fueron solo dos instantes.

2018:

El teléfono de Morgan comenzó a sonar, indicando que debía levantarse.

Miguel también se encontraba apagando su despertador. Díaz le envió un mensaje a Morgan.

"Buenos días :)"

La chica sonrió al verlo.

"Gracias Díaz, igualmente"

Después de eso, se colocaron sus audífonos y comenzaron a hacer los ejercicios que el sensei Lawrence les había dejado.

Todos los días entrenaban juntos, en el dojo, en el parque, en cualquier lugar.

- ¿Listo?.

- Si, sensei.

Las pelotas comenzaron a salir disparadas, una la logró esquivar Miguel, pero en la siguiente no tuvo éxito.

- ¿Qué hace una Cobra? - cuestionó Johnny, ahorcado a Morgan. La chica movía las piernas, para ver si tenía éxito con ellas, pero no lo logró. - No hay tiempo en el karate.

Ambos peleaban con Johnny, lograban esquivar sus golpes, pero Lawrence siempre termina ganando la pelea.

También salían todas las mañanas a correr juntos.

𝐀𝐫𝐜𝐚𝐧𝐞/𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora