𝐀𝐫𝐜𝐚𝐧𝐞/𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐳

𝑬𝒙𝒕𝒓𝒂

El cumpleaños de Morgan se avecinaba cada vez más. Estaba por cumplir catorce años y por entrar a una nueva etapa.

- Estaba pensando que tal vez podríamos ir a comer a algún lugar lindo. - comentó Morgan mientras cenaba con su padre y su madre. - oh tal vez comer algo aquí sencillo en la casa.

- Sí, seguro. - respondió su padre.

- ¿Entonces si pasaremos el día de mi cumpleaños juntos?. - cuestionó Morgan. Le hacía mucha ilusión pasar su cumpleaños con sus padres, el año pasado la había pasado con sus amigos y no había sido agradable escuchar hablar a Demetri de cómics todo el tiempo. Tenía la esperanza de que esté año fuera mejor.

- ¿Y tus amigos? Pensé que la pasarías con ellos. - cuestionó su madre.

- Demetri está de vacaciones y tal vez Eli esté desocupado pero quería pasarlo con ustedes. - respondió Morgan.

- De acuerdo. Mañana intentaré salir más temprano del trabajo para que podamos cenar. - respondió su madre.

- Muchas gracias. - respondió Morgan sonriendo emocionada.

- También yo. - agregó su padre. - a más tardar llegare a las seis de la tarde.

Morgan asintió y siguieron comiendo en silencio.

(...)

Al día siguiente Morgan comenzaba a alistarse para la comida, se miró al espejo mientras alguna canción de Pink Floyd sonaba en su teléfono. Intentó arreglarse como a su madre le gustaba. Uso una falsa rosa y una playera blanca con unos zapatos bajos y una coleta alta.

Siempre había querido ser de esas niñas pero nunca le salía. Pará Morgan esas niñas eran simplemente encantadoras y lindas y ella a su lado era un completo desastre.

Salió a la sala y espero pacientemente a que sus padres llegarán.

Dieron la cinco de la tarde y no llegaban. Dieron las seis de la tarde y todavía seguían sin llegar. Llegaron las siete de la noche y la paciencia de Morgan estaba comenzando a agotarse. Dieron las ocho de la noche y ella ya comenzaba a perder la fe en sus padres. Finalmente dieron las nueve de la noche y Morgan sabía que sus padres no llegarían.

Tomo una chaqueta negra y salió de casa. Se estaba muriendo de hambre pero eso ahora no le importaba. Llegó hasta un parque y se sentó sola en un columpio.

- ¿Moggy? - cuestionó Robby. - ¿qué haces aquí sola? Pensé que estarías festejando tu cumpleaños con tus padres o tus amigos.

- Yo también pensaba eso. - respondió Morgan. - se supone que comería con mis papás pero nunca llegaron.

Robby se sentó a su lado.

- Te debes de estar muriendo de hambre. - comentó Robby. - ¿por qué no vamos a comer una hamburguesa? Tengo dinero.

- Seguro, vamos. - respondió Morgan.

Ambos se levantaron y comenzaron a caminar hacía un local de hamburguesas que conocían. En el camino Robby hacía chistes tontos y Morgan solamente reía.

Robby se identificaba mucho con Morgan. Ver a Morgan para él era como verse al espejo. Tal vez era por eso que su amistad con Morgan era especial, porque ambos eran iguales, como si fueran la misma persona. Los dos querían lo mismo, sentirse queridos y eso era lo que se daban mutuamente; cariño.

Los dos estaban comiendo la hamburguesas en el local mientras hablaban de música.

- Morgan, ¿si te digo algo no te enojas? - cuestionó Robby.