Capítulo 9

307 58 12
                                    


Salió del baño cerrando la puerta suavemente, en ese momento di un gran suspiro descargando toda la tensión del momento.

Cerré los ojos para disfrutar del masaje que me estaba dando la burbujeante agua caliente. De pronto vino a mi mente el recuerdo distorsionado de Singto acercándose a la bañera pero ahora lo hacía mientras se quitaba la ropa lentamente, entraba con una cara de deseo y se acercaba a mí para darme un dulce beso. Yo lo tomaba de la nuca para profundizarlo aún más y poco a poco sentí como mi cuerpo comenzaba a reaccionar ante ese sueño. Abrí los ojos y me di cuenta que en efecto, mi miembro había reaccionado a ese simple momento imaginario.

Decidí terminar con mi baño para poder distraer mi mente en algo más pero alguien se negaba a volver a su estado tranquilo. Cerré la puerta con seguro y regresé a la bañera para tranquilizarme  con mi propia mano, traté de pensar en cosas que vi en internet para poder llegar pero no funcionaba, volví a pensar en Singto entrando al baño y ahí estaba más duro y a nada de terminar, agilicé mi movimiento hasta que logré mi propósito.

A este punto creo que ya estoy más seguro de mis sentimientos por Singto, y debo admitir que lo que siento sobrepasa la admiración.

No sé si es correcto, pero debo intentar no hacerlo progresar ya que no hay posibilidad de que algo bueno salga de esto porque a pesar de lo que he pasado con Singto, no estoy seguro de sus sentimientos; creo que todos los momentos han sido impulsos sin un sentimiento detrás de parte de él.

Ha pasado casi una semana desde aquel beso y no ha mostrado ningún interés en mí, solo ha sido bueno conmigo como lo puede ser con cualquier otro.

Salí del baño y comencé a vestirme rápido antes de que llegara de nuevo.

Al terminar me dirigí a la pequeña terraza de la habitación y ahí estaba él, sentado en una silla colgante blanca en forma de huevo, con los ojos cerrados y pensé que tal vez dormía. Me quedé mirando su lindo rostro y recordé esa noche en que lo arropé, pero en esta ocasión pude apreciar mejor su facciones gracias a la luz que nos daba el día.

Guardé dos pasos de distancia, recargado en el barandal del balcón. Lo observé detenidamente como un idiota. Se veía tan pacifico, su cara un tanto severa que tenía durante el trabajo no existía en ese momento, casi podría decir que se veía como un lindo bebé.

— ¿Disfrutaste del baño? — me preguntó aun con los ojos cerrados tomándome por sorpresa, desvié la mirada de inmediato en dirección al paisaje que nos ofrecía el hotel

—Sí, fue bueno— ¿que si lo disfruté? Uff no tiene ni idea de lo delicioso que estuvo

—Eso imaginé, te tomaste tu tiempo

—Bueno, eso fue porque me tuve que masturbar pensando en tí —traté de sonar lo más irónico que pude aunque le estuviera siendo sincero

Abrió los ojos de golpe y me miró directamente con un leve sonrojo. Después de unos segundos se tranquilizó.

—Vaya, no sabía que el sr. Perawat fuera un pervertido. Tan inocente que se ve —dijo burlón mientras se levantaba de la silla y se posaba a un lado mío, observando el cielo teñirse de naranja y el astro rey ocultarse tras el imponente mar

—Tú empezaste molestandome —respondí serio sin mirarlo tampoco

— ¿A sí? ¿Desde cuándo me trata con tanta confianza joven? —lo miré

Su sonrisa combinaba perfectamente con el ambiente que daba la puesta del sol. Sus ojos eran brillantes y lindos vistos a la luz... Wow, sin duda es una belleza de persona, transmite paz y calma, tal como la noche...
Ay no, me estoy enlelando; me es inevitable no perderme en él. No estoy logrando detener este sentimiento.
Volví al horizonte.

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora