Capítulo 21

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—Eres un maldito idiota y un perdedor, no permitiré que arruines mis planes— comenzaron a forcejear

—¡Singto! —escucharon a alguien gritar a pocos metros fuera de la habitación

Ambos voltearon en dirección de la puerta y se miraron entre ellos con incertidumbre, esperando que nadie los hubiera descubierto.
Escucharon a personas correr y alguien seguía gritándole a Singto, Nam se dió cuenta que esa voz era de P’Mew. Aventó ligeramente a Ohm para quitarlo de su camino y salió a ver que estaba sucediendo.
Al salir vio a Mew golpeando la puerta del baño y pidiéndole a Singto que abriera. La joven inquieta, se comenzó a acercar pero la vio y la detuvo a medio pasillo.

—Tranquila Nam, seguro le dieron nervios pero ahorita hablo con él, no te preocupes— la tomó de los hombros dándole media vuelta para llevarla a su vestuario —Tu termina de arreglarte por que ya falta poco para que comience la ceremonia

— ¿Estás seguro que se encuentra bien?

—Claro esto es muy normal, no te preocupes

Al entrar ya no estaba Ohm por ningún lado.

Se dirigió a la entrada para recibir a los invitados que llegaron a último momento, entre ellos se encontraban amigas íntimas.
Al poco tiempo, el parlante anunció la tercera llamada, sonrió como niña pequeña. Se encaminó al extremo contrario del altar y se escondió detrás de un muro para esperar a su preciado Kit.

Ohm la sorprendió por detrás.

—¿Qué haces? —le preguntó serio

—Esperando mi turno para brillar —lo barrió con la mirada, observando que tenía los ojos rojos —Ya veo que chillaste, eres un dramático. Disfruta este día

Esto enfureció al contrario —¿No vas a mostrar ni una maldita gota de remordimiento? ¡Estoy harto de ti! —la jaló hacia el centro del altar conmocionando a todos, los padres de ella se acercaron para proteger a su pequeña pero Ohm no lo permitió. Le arrebató el micrófono al sacerdote y comenzó a hablar irradiando cólera.

—Queridos invitados, estamos muy agradecidos por su presencia este día

Todos voltearon a ver a Ohm y a Nam un poco extrañados ante la situación. La chica sólo se limitaba a sonreír mientras le susurraba entre dientes que se callara.

—Lamento informales que no habrá boda— su voz se entrecortó y sus ojos se pusieron vidriosos

—¡¿Estás loco?! —gritó por lo bajo y le quitó el micrófono. —Al parecer mi amigo ya se arrepintió de casarse y lo siento muchísimo por mi amado hermano —puso una cara de tristeza que apenas ella se creía —Pero no se vayan porque yo sí me casaré —una leve sonrisa se asomaba en su rostro, la cual el joven desaliñado arruinó arrebatándole el micrófono

—Te equivocas, aquí nadie celebrará una boda por qué los novios Krist y Singto se han marchado —le sonrió plácidamente mientras se secaba una lágrima escurridiza

La chica no sabía de qué hablaba, se quedó con la boca abierta queriendo decir algo pero Ohm continúo.

—Singto ha escuchado todo lo que has hecho para arruinarlo, incluyendo arrebatarle al hombre que tanto ama.— alzó la voz escupiendo todas esas palabras, liberando un poco su remordimiento, las lágrimas brotaban una tras otra sin que pudiera controlarlo

Todos en el lugar comenzaron a murmurar desconcertados, no entendían lo que estaban escuchando.

El señor Ruangroj se acercó a los chicos un tanto enojado —¿De qué estás hablando?, ¿Por qué armas todo este escándalo?

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora