¿El Fin?

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   Me encontraba en una situación bastante complicada. Estaba atacando a un dios, cuyo padre era el mismísimo Odín. Era el dios de la guerra. El que había aprisionado a Fenrir. El poseedor de la espada Tyrfing. Esta vez, no llevaba su espada, ya que, si atacaba injustamente a alguien sin razón, Tyrfing, lo mataría empalándolo al final de la batalla. 

   Pude golpearlo con mi puño. Como consecuencia recibí un par de carcajadas del hijo de Odín.

- ¿Crees en serio que podrás hacerme daño? - Con ironía, expresaba el dios.

   Recibí un guantazo de su escudo de rubí, era increíblemente duro. 

- ¡Deja a Magnus en paz! - Decía mi amigo extranjero, desenrollando sus cadenas.

- ¡Eres tu! Odín, también, querrá verte. 

   Itheus, lanzó las cadenas hacía él, y el impacto fue recibido por su escudo. 

- ¿Eso es todo? Parece que no habrá diversión.

- ¡No juegues conmigo!

   Las cadenas cambiaban su color a un tono negro. Itheus, parecía bastante furioso. Intentó hacerlo otra vez y le hizo una abolladura al escudo. Tyr, intentó agarrarlo, pero el joven se convirtió en un ave de fuego que voló hasta su cabeza para darle un rodillazo. Confundido, el dios, dejó salir un grito que estremeció a todo Rygu. Itheus, cayó frente a Tyr, y él lo tomó del cuello hasta levantarlo.

- Debiste quedarte en ese estúpido lugar de artistas.

- No le podrías hacer frente a ninguno de mis dioses. Eres muy débil. - Respondía el niño ante la burla del dios de la guerra.

- Hazme frente tu mismo, y te creeré...

   Él, explotó en llamas, causándole daño al burlesco y presumido, hijo de Odín.

- ¡Ahhh! ¡Me quema! ¿Qué clase de fuego es este? - Mientras se retorcía de dolor, Tyr.

   Pude ponerme en pie, aún debía seguir vivo, para demostrarle a todos el digno vikingo que era. Tomando mi hacha y desatando de mi brazo la cadena poderosa. Lancé mi hacha al suelo para congelar a Tyr, mientras estaba distraído con el fuego.

- ¡Suéltame ahora! 

- Pagarás por habernos molestado. - Respondí con firmeza.

    Inmediatamente, un rayo cayó desde el cielo, partiendo el hielo de su cuerpo y dispersando el fuego.

- ¡Gracias, hermano Thor! - Gritaba al cielo, el dios.

   Esto sobrepasaba nuestras posibilidades. Un dios ayudando a otro dios. Simplemente éramos un juego en el campo de batalla. Tyr, tomó su hacha y puso una mirada fría como el hielo de Niflheim. 

- Ya no tendré piedad, aunque haya que sacar sus almas de Helheim. 

   Me atacó con su hacha y su fuerza gigantesca. Pude utilizar mi escudo para protegerme. Itheus, enseguida, amarró su cintura con las cadenas para forzarlo a retroceder.

- ¡Ahora, Magnus!

   Ataqué a su pecho sin ningún previo aviso. Pude ver como salía lava de sus heridas. 

- Tendrás que herirme más que eso para hacerme sangrar. - Dijo el dios, haciéndonos ver patéticos.

   Tomó las cadenas del niño, y lo lanzó a nuestra choza. Se escuchaba la madera partiéndose en trizas mientras mi amigo caía.

- ¡Itheus! 

   Me fui al frente sin cuidado. Tyr, reaccionó en el mejor momento, y sin ver sus movimientos, hizo un corte en mi hombro. La sangre corría a chorros por mi cuerpo por primera vez. Todos los espectadores se encontraban al pie del bosque, era mejor sitio para observar sin ser involucrados.

Camino Al ValhallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora