Mini historias Boku no hero [+18] TERMINADA

Mic y tu {Parte 1}

POV T/N

Como un día normal en mi vida estaba esperando el final de mi horario de trabajo. Estaba muy cansada y hacía algo de frío esa mañana. Trabajaba durante la noche y cuando el sol salía anunciando un nuevo día yo salía de la lavandería en la que trabajaba.

Era una lavandería especial para héroes por lo que abría las 24 horas del día. Muchos héroes salían de patrullar para ir y hacer lo que era normal, y yo con gusto los recibía.

Aunque me cansaba mucho disfrutaba escuchar las anécdotas que contaban animados cuando salían de una misión. O solo ver cómo limpiaban sus trajes ya que también nos especializábamos en eso. Limpiar muy bien los trajes especiales que usaban era un trabajo complicado, pero que hacíamos con mucho gusto.

Durante esa noche no habían ido muchos clientes y ya estaba lista para cerrar el local cuando me fijé en la hora. Decidí apagar el radio que tenía encendido y camine a ver que todo estuviera en orden.

- Oye, ¿por qué apagas la música chica bonita?- me sobresalte al escuchar esa voz a mis espaldas, tenía un acento extraño y gracioso. Me di la vuelta para verlo y note que era Present Mic.

Sonreí al verlo, era un héroe que constantemente iba a esa lavandería. Siempre se quedaba hasta tarde solo para escuchar la música. Nunca llevaba tanta ropa, solo perdía el tiempo de un lado para el otro.

- ¿Cómo estas?- pregunté caminando hacia él y sonriendo.

- Triste, me apagaste esa canción que me gusta.- agachó las cara y fingió tristeza. No podía evitar reír con él, era muy guapo y siempre tenía una sonrisa en su rostro. Aparte que también tenía muchas energías y sobre todo era muy coqueto.

- Lo siento, pensé que no había nadie aquí.- respondí mientras apagaba las máquinas vacías y las desconectaba.

- Déjame ayudarte.- se acercó por mi espalda y desconectó algunas. Tragué fuerte al sentirlo tan cerca.- Listo.

Se apartó de pronto y yo asentí algo sonrojada. Estaba acostumbrada a su trato peculiar, incluso se podría decir que me había acostumbrado hasta cierto punto.

- ¿Terminaste?- pregunté, él asintió mientras tomaba una bolsa algo pequeña con su ropa limpia.

- Me alegra mucho verte de nuevo chica bonita.- se despidió con un beso en la mejilla y salió silbando. Sin poderlo evitar toque mi mejilla con una sonrisa.

- Ay no seas idiota.- me dije tratando de controlar mis pensamientos. Me hacía muchas ilusiones cuando me trataba bien, pero después entendía que un hombre como él nunca se fijaría en una tonta como yo.

Caminando hacia casa esa mañana compre un café, tenía que ir al correo a recoger una correspondencia importante y después podría ir a casa a dormir por fin. Suspire cuando vi la cantidad de cartas de las deudas que había dejado mi padre antes de desaparecer y dejarme sola. Por más que lo intentaba no podía pagarlas y cada vez los bancos me presionaban más.

Sin evitarlo solté las cartas en la mesa y me acosté en la cama. Tenía que conseguir un segundo trabajo para poder pagar esas deudas o si no me quitarían la casa. Entonces ¿dónde viviría?, no tenía amigos ni más familiares así que tendría que vivir en la calle.

Una lágrima surcó mi mejilla antes de que pudiera detener el llanto. Sentía una presión en mi pecho que no podía controlar y además me sentía triste.

La imagen de Mic llego a mi cabeza, su sonrisa y su forma de hablar me hizo olvidar todos mis problemas. Sonreí y a los pocos minutos me quede dormida.

Al otro día en la lavandería trataba de buscar en el periódico una oferta de trabajo que no interfiriera con la que ya tenía. Era el trabajo más estable que tenía y sin duda el mejor que pagaba. Así que no podía afectarlo.