C.009

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Pasado, presente y futuro

 -Me iré al amanecer.- avisa Claudia a Bucky después de que este le haya preguntado si también se va a quedar a dormir. - Es un camino largo para volver en coche de noche.-

Este asiente y desvía la mirada hacia los dos hermanos que preparan la cena; no les han dejado ayudar, por lo que esperan tumbados en el sofá, entretenidos en ver como juegan los sobrinos de Sam.

-¿Tú también eres una vengadora?- pregunta uno de ellos acercándose a Claudia tímidamente.

Se echa a reír.

- Ojalá. Aún no he tenido oportunidad.-

-¿Y qué eres entonces?- pregunta el otro más pequeño con gran curiosidad.

Esta aprieta los labios y desvía la mirada primero a Bucky y después a Sam buscando aprobación, este comprendiéndolo, asiente.

- Os voy a contar una pequeña historia.- anuncia ella con una amplia sonrisa. - Pero necesito algo oscuro. Una bebida oscura...- añade vagamente mientras busca con la mirada, deteniéndose en la copa de vino tinto de Bucky. - Perfecto.- 

-¿Qué demonios vas a hacer?-

No responde, en cambio toma de trago toda la copa pero no llega a tragar. Sarah y Sam también se han parado a mirar sin entender muy bien la acción; es entonces cuando Claudia mira hacia arriba y suelta todo el vino de su boca. Pero el vino no cae al suelo. Los hermanos que habían corrido hacia ella alarmados por la alfombra, se detienen en seco al ver como el vino está flotando en el aire.

- Disculpad, es la única manera que me enseñaron.- se disculpa Claudia con las manos en alto, como si sujetase una pelota invisible. - Y bien, ¿Comenzamos la historia?-

Hace cientos de años un ser mitad hombre y mitad lobo, llamado Licaón viajaba a lo largo y ancho de este planeta, buscaba un lugar de descaso. Es así cuando un día, tras muchas lunas, se topó con la gran ciudad blanca de Grecia. Se enamoró de ese lugar, de sus construcciones; su naturaleza y sus personas, grandes guerreros. 

Una noche unos malhechores intentaron atacar a una mujer, fue entonces cuando ese lobo se lanzó para defenderla y a pesar de que resultó herido, la mujer se salvó. Como agradecimiento ella cuidó de él noche y día hasta que esté se recuperó, fue entonces cuando Licaón decidió descubrir su forma humana.

Ambos se enamoraron perdidamente. Licaón le dio cinco hijos, tres hombres y dos mujeres.

Mi pueblo fue muy humilde, apartado del mundo; a ellos les gustaba la conexión con la naturaleza.

Pero no siempre pudimos tener la paz que tanto ansiábamos; pronto los hombres conocieron nuestra existencia; algunos creían que éramos monstruos con los que se debía acabar, mientras que otros, viendo la fuerza en nosotros... Nos esclavizaron.

Tras decir esa última palabra, Claudia guarda silencio mientras mira la forma del hombre amenazando al lobo. Durante toda la historia ha ido creando imágenes con el vino, controladoras con sus manos. Con magia.

-¿Claudia?- pregunta el soldado preocupado al ver que no se mueve. Las manos de ella comienzan a temblar y en sus muñecas aparecen dos círculos ojos. -¡Claudia!-

Como si despertase de un trance, hace un espasmo hacia atrás y sacude la cabeza. Por un segundo pierde el control de lo que estaba haciendo y el vino está a punto de caerse, pero reacciona pronto y lo aguanta a pocos centímetros del suelo.

- Lo siento.- se disculpa fríamente mientras riega las plantas con el vino. - Me he despistado un momento.-

- Te habías quedado por cuando los hombres esclavizaron a tu pueblo.- recuerda el más pequeño, llevándose así una reprimenda de su madre.

II 𝐋𝐨𝐛𝐨 𝐛𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨 II  ★ Bucky Barnes - Falcon y el soldado de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora