C.011

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1995

(2º parte)

Flashback

La tensión corta las respiraciones de todos los de la sala.

-¡Claudia!- grita Simón cada vez más furioso.

Ella continúa sin moverse, con su corazón latiendo a toda prisa y su mano temblando a causa de la insolencia que acaba de cometer.

El soldado no sabe cómo debería reaccionar, por lo que inconscientemente mira a Pierce pero este no dice nada, ni siquiera una mínima indicación. Dentro de él sabe lo que tiene que hacer, y sin embargo se encuentra ahí de pie, luchando contra todo aquello que le sido ordenado.

Le suelta una bofetada, dejando así que el plato roto rompa el silencio de toda la habitación.

De la fuerza Claudia también cae, quien con su mano tapa el lugar donde el soldado le ha dado mientras guarda silencio. Él también guarda silencio mientras vuelve a mirar al frente. Desviar la mirada solo supondría más problemas.

Ninguno le ayuda a levantarse, por lo que ella misma junto a todo el dolor, se vuelve a poner en pie mientras mira al suelo arrepentida.

- Lo...- intenta hablar.

-¡Cállate!- ordena Simón acercándose a ella y una vez está en frente, le suelta otra bofetada. Pero esta vez no cae al suelo. - Vete a la habitación.-

-¡No!- interrumpe Alexander Pierce bastante tranquilo, aún sentado en su sitio. - No te vayas aún Claudia.-

Ante esas palabras el soldado se tensa, sabiendo que lo que está por venir es aún peor que lo que acaba de ocurrir. Así mismo le mira pero ella aún permanece con la mirada clavada en el suelo, como un perro arrepentido.

-¿Que vas a hacer con ella?- pregunta uno de los asistentes.

- No hace falta hacer nada, le castigaré después señor Pierce.- añade Simón temiendo lo mismo que el soldado.

A pesar de la relación tan abusiva que había ejercido sobre Claudia, algo de él había cogido cariño a esa mujer que tan poco conocía.

Ni siquiera se la habían vendido; fue un regalo de alguien de Shield para un hombre que deseaba ser padre y aún ni había tenido esposa. A punto estuvo de matarla varias veces hasta que alguien se ofreció a amarrarla a él.

De hija a esposa. A nadie le importó.

- No.- vuelve a cortar Pierce sin dejar de mirar a Claudia. - No hace falta esperar para eso.-. Entonces ella levanta la cabeza para mirar a Pierce, ella y todos los de la sala. Con la misma despreocupación coge la copa de champan, mira al soldado y asiente. - Mátala.-

El corazón del soldado se acelera mientras ella da un paso atrás.

-¡NO!- grita Simón. - Esto no hace falta.-

- Claro que hace falta Simón. Tu perro no ha hecho más que desviarse esos días, ¿A eso le llamas control?-

Ni siquiera lo duda, saca sus garras para matar a Pierce pero antes de poder acercarse a él, el soldado le agarra para detenerla.

- No sabe nada.- alcanza a decir mientras el mismo tira de ella hacia atrás sin mucho éxito.

-¿Crees que no te he estado observando estos días?- pregunta Pierce con una sonrisa. Entonces mira al soldado un segundo, antes de volver a hablar. - Un perro como tú debe sacrificarse.-

II 𝐋𝐨𝐛𝐨 𝐛𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨 II  ★ Bucky Barnes - Falcon y el soldado de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora