II 𝐋𝐨𝐛𝐨 𝐛𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨 II ★ Bucky Barnes - Falcon y el soldado de invierno

C.021

Sofá

Claudia no terminaba de estar de acuerdo con la recomendación que Zemo le había dado, a pesar de que en el fondo sabía que era lo correcto y una parte de ella deseaba que fuese una misión como las de antes, también sabía bien que todo eso se había quedado atrás.

No era la misma persona que hace 9 meses pero tampoco la imagen que les está dando a ellos.

Le dolía tremendamente tantas cosas; se sentía cansada y realmente estaba cansada de todo aquello. Solamente deseaba acabar y si eso significaba morir al final de ello, lo había aceptado hace bastante tiempo.

-¿Estas enferma?- pregunta Bucky bastante preocupado.

- No sé si enferma es la palabra adecuada... Ya no me siento igual que antes. Ignoro lo que me han hecho allí pero ya no tengo la misma fuerza que tenía antes. Incluso dudo muchísimo que sea capaz de convertirme en mi forma animal, apenas soy capaz de curar estas costillas rotas.-

-¿Dónde tienes que ir?- sigue preguntando el soldado.

- No lo sé, no sabría por dónde empezar pero algo me dice que debería ir a ver aquellos cuerpos que mencionó Ross.-

-¿Cómo sabes que no es una trampa?-

- Dudo que Ross quiera tener activos en una zona tan conflictiva de Rusia.-

-¿Sabes dónde es?-

- Si.- asiente lentamente. - Es ahí donde pasé gran parte de mi infancia, después de que me separasen de mis padres.-

Sam que hasta entonces no había mencionado ni una palabra, se levanta del sofá y da unos pasos alrededor del salón bastante pensativo y en silencio. Sus amigos le siguen con la mirada, esperando cualquier ápice de solución.

- Vas a necesitar transporte.- habla finalmente mientras saca su teléfono.

-¿No podríamos robar un jet?-

- No. Todos llevan GPS incorporado obligatorio después de que Banner lo apagase hace varios años y desapareciese.- divaga mientras busca algo en su móvil. - Dadme un momento, ahora vuelvo.-

Y con el móvil en la oreja, desaparece atravesando la puerta.

En la sala tan solo quedan ellos dos, aquellos dos que por tanto tiempo se habían deseado, ahora tan solo los separaba el dolor. Su dolor. El dolor que Claudia había pasado cada día al estar encerrada en aquella celda, segundo tras segundo pensando aquello que siempre había deseado y a pesar de tener la libertad, no era capaz de sentir más.

- Claudia...- intenta hablar el soldado. - Hay algo que debería decirte.-

- Da igual.-

- No, no da igual.-

Ella levanta la cabeza para prestarle más atención pero justo en ese momento entra de nuevo Sam mientras guarda su teléfono en el bolsillo.

- Os he conseguido algo, no es perfecto pero de algo os servirá.-

-¿Cuando salimos?-

- Seguramente mañana a media mañana, eso lo tendré que ver esta noche. Te voy a llamar luego más tarde, ¿Te parece?- pregunta ultimando hacia el soldado, el cual asiente. - No te puedes quedar sola, te iras con él.-

Ella abre la boca para quejarse, sin embargo la mirada de Sam no parecía muy amistosa. Aquella manera en la que había conseguido el viaje dudaba mucho que le complaciese y no se equivocaba; aquello que le habían pedido a cambio de llevarlos le ponía en un aprieto. Tampoco tenía más opción de ayudarle.