Capítulo 14: Tregua

296 31 4
                                    


Por otra parte Ichigo terminaba su papeleo mientras Rena se encontraba con un juguete para morder. Por más que había querido dejarla al cuidado de Hinamori, la bebé se ponía a llorar hasta que terminaba en brazos de Ichigo. Así que ahí se encontraba, terminando de sellar órdenes militares y movimientos de exportación mientras su pequeña cuñada se quedaba tranquila en su regazo y lo veía trabajar.

—Eres una pequeña tramposa. — Ve a Rena que le devolvía la mirada sin entender lo que decía. — Tienes básicamente dos niñeras ¿Porque solo quieres estar conmigo? — Ella sigue observándolo con sus grandes ojos castaños y le ofreció su juguete lleno de baba. — No gracias.

—Hermano. — Yuzu tocó dos veces la puerta.

—Entra. —Permitió el pelinaranja, Yuzu entro con un vestido lila, había tardado cerca de una hora cambiarse de nuevo, para cuándo bajo al comedor sus hermanos y padre ya habían desayunado.

—Hermano, ummm, quiero disculparme contigo. —Admitió apenada.

—¿Conmigo?

—Por desobedecerte. — Dijo apenada.

—Es bueno que tomes en cuenta mis advertencias. — Respondió seriamente el pelinaranja —¿Y ya te disculpaste con Orihime?

—¿Con la hermana Orihime? P-pero ella es la que me golpeó. Ella fue la rara por reaccionar así. — Reclama en voz baja.

—Tiene su pasado. —Comento el emperador seriamente. — Trata de entenderla un poco.

—¿Pero por qué? ¿Qué le pasó? — Exigió saber la princesa.

—Eso no me corresponde contártelo. — Con un suspiro se recarga en su silla y cargaba a Rena a la altura de su pecho.

—Ichigo, voy a pasar. — Su padre hizo acto de presencia y entro en el despacho. — Ah Yuzu, tu madre salió de la habitación de Orihime y te está buscando.

— ¿A mí? —Dijo extrañada.

—Sí, ve a tu habitación. —Le ordenó.

— ¿Paso algo?

—Eso lo decidirá tu madre, anda.

Yuzu salió de la habitación y fue directo a sus habitaciones personales, dejando a ambos hombres en el despacho.

—No pensé que diría esto, pero que bien te vez con un bebé en brazos, estúpido hijo.

—Cállate. — Gruño el de ojos chocolate.

—Tal vez es una señal divina.

—Te daré tu señal divina. —Toma a Zangetsu con su brazo libre y desenvaino fácilmente dispuesto a atacar.

— Eh, tranquilo. — Lo calmó. —Quería distraerte un poco. — Dijo seriamente tomando asiento frente a su primogénito. —Como has oído, tu madre salió de la habitación de Orihime.

—¿Logro que la dejara pasar?

—Tu madre puede hacer hasta lo imposible. — Dijo orgulloso de su mujer. — Sin embargo estoy pensando cuando planeaba decirnos lo de tu esposa.

— ¿A qué te refieres?

— Ya sabes, el maltrato que habrá sufrido en Rikka. —Soltó repentinamente el pelinegro, endureciendo la mirada de su hijo.

— Como le he dicho a Yuzu, no es algo que me corresponde decir. — Admitió sin un ápice de gracia mientras Rena jugaba con el cuello afelpado de su capa.

—Esa jovencita ha debido soportar mucho todos estos años. — Dijo Isshin seriamente.

—Mucho más de lo que te imaginas, si ella desea contarlo lo hará. —Respondió Ichigo. — ¿Cómo lo descubriste?

¿Tenemos un trato?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora