Capítulo 18: Consumación por fin.

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Orihime nunca había tenido un día tan divertido como ese: charlo, bailo y se rió como nunca, recibió también varios obsequios de parte de los nobles y demás miembros de la corte, tantos que habían tenido que ser llevados a una habitación adjunta al gran salón real. En especial habían destacado los regalos de sus amigas, Rukia y Yoruichi le habían dado un par de pinturas de un artista local que empezaba a ganar fama y renombre, mientras que Cristal y Rangiku habían optado por darle una colección de libros ya que su principal pasatiempo había sido leer en las últimas semanas.

En resumen Ichigo le dio el mejor día de su vida y lo disfruto al máximo.

Después de que el sol se había ocultado era hora de que los novios dejarán la fiesta, entre los vítores y despedidas de los invitados el hermoso carruaje blanco decorado con flores salió del palacio.

—Puedes dormir si quieres, estaremos llegando a nuestro destino cerca de la media noche. — Le aconseja Ichigo a su lado, él prefería andar a caballo pero era su luna de miel y quería estar cerca de su esposa, aunque eso significará aguantar la incomodidad del carruaje.

—No puedo dormir, mi corazón aún está latiendo emocionado. — Admite la emperatriz recostándose en el hombro del emperador y este aprovecho para pasar su brazo por sus hombros. — ¿A dónde vamos?

—Al puerto de Reskart, es un lugar turístico muy conocido de Karakura, hay un palacio de verano que usa la familia real.

—¿Está bien que dejes el palacio imperial con la gestión de Rikka en proceso? —Dijo preocupada.

—Mi padre puede encargarse mientras estoy fuera, necesito tres semanas para des estresarme y disfrutar el tiempo con mi bella esposa. — Orihime sonrió tímidamente, aún no se creía que estaba casada con Ichigo. — Y aprovecharemos para esparcir las cenizas de tu hermana como ella hubiese querido.

—No traje la vasija con sus restos. — Murmuro maldiciéndose a sí misma mentalmente.

—Ordene que me las dieran antes de partir. — Ichigo le mostró un pequeño paquete que estaba a su lado.

—¿Eso es lo que te habían dado antes de partir del palacio?

—Así es, pensé que sería una buena oportunidad ya que iremos al mar.

Orihime tomo la caja y lo pego a su pecho.

—Gracias. — Se acercó a Ichigo y le dio un beso rápido.

—No hagas eso o querré hacer cosas de adultos en este carruaje. — Murmuro con voz ronca.

—Espera s-solo un poco. — Suspiro al sentir la respiración de Ichigo en la base del cuello.

— Me portare bien. — Sonrió el emperador ante el temblor de Orihime.

La pelinaranja hizo un mohín tierno y un cómodo silencio se instaló en el carruaje, sin darse cuenta la joven se quedó dormida.

Despertó ya de madrugada ante el suave movimiento de Ichigo, miro por la ventanilla y la tenues luces del palacio le dejo ver qué era bastante grande pero aún así más pequeño que el palacio imperial.

—Bienvenidos su majestad el emperador y el escudo del imperio la emperatriz Orihime. — Dijo el mayordomo del palacio. — Los llevaré a su habitación.

Las doncellas se inclinan ante Orihime y se marchan.

Ella no lo había notado por el pánico.

Ha llegado la hora, en segundos Ichigo entraría a su nuevo dormitorio y...

Se tapa la boca para que no se le oiga los gritos de pánico. Su espalda suda frío por los nervios y no deja de caminar de un lugar a otro.

¿Lo peor? Que la prenda, elegida por sus amigas, que lleva debajo del camisón le da mucha vergüenza. ¿De verdad le va a gustar? ¿No sería exagerado?

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