“Un corazón se quebraja con simplicidad, cada vez que sus cercanos abren la boca pequeñas grietas se están formando, en nuestros corazones se plasman heridas que no somos capaces de cicatrizar, los sentimientos, al igual que las palabras, son inconsistentes, tan frágiles como los recuerdos o memorias pasadas.
A fin de cuentas las personas evolucionamos para eso, para preguntarnos acerca del origen de la existencia, el “¿por qué?” de la vida, las interrogantes del universo. No hay quien sea capaz de resolver aquellos misterios.
Y no importa, en absoluto, de todas maneras en algo hay que creer. Algunos viven sobre mentiras, otros sobre su propia verdad. Cada persona tiene su talón de Aquiles, una debilidad que no salta a la vista con solo dar un vistazo rápido.
Profundizamos las cosas que creemos son importantes, en muchos casos superficiales.
La creencia, no obstante, debe convivir con los ladrones, esos intrusos que hurtan lo que está a su alcance, capaz de abrir el corazón que cerraste bajo siete llaves por medio de ganzúas, lobos con piel de cordero. No es referido simplemente a lo material, sino a algo mucho más significativo, tus sensibilidades, ¿no te ha sucedido que lloras sin tener motivo? ¿Qué te falta el aire de solo pensar en el tormento que no conoces?, no sabes por qué, el motivo es más sencillo de lo que enjuiciamos, ¡no hay tal!, debido a que no nos dimos cuenta cuando el corazón fue ultrajado.
No todo en la vida es color de hormiga, espero pienses así después de leer esto, y de paso te des cuenta de que nada es lo que parece, y lo que parece no es como debería ser…”