Dicen por ahí que debes intentar para lograr, que mientras más alto llegas es mejor, también que no hay éxito sin sacrificio y martirio sin recompensa. Disfrutando de esto, aclarando ideas, despojando al corazón de todo tipo de padecimiento, así es como ambicionamos vivir. Pero... ¿te has puesto a pensar en cuál es el costo de la vida? Lo más viable es que no.
Llegando a las conclusiones de que la vida es un préstamo que nos hizo alguien, a quien por cierto no conocemos, puede ser que para muchos el simple hecho de tener existencia sea una condena, porque seamos sinceros, nadie pide nacer, ni tampoco pide venir a este mundo y... ¿Con qué justificación? ¿Acaso sabemos de ante mano que la vida goza de sufrimiento? ¿Qué tendremos que esforzarnos por cumplir los ideales conservadores que son impuestos por una sociedad cada vez más podrida?, podría estar en lo correcto, como podría no estarlo. Así es la vida, la más agridulce condena de los seres.
