25: No estas demente.

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-Ya es algo imposible.- dije en un intento desesperado de querer parar las lagrimas que caían de mis ojos.

-Tu mereces ser feliz.- hablo él, el primer hombre que me amó.

-Y lo quiero ser, pero creo que ya no hay tiempo para pensar eso, es decir, sigo aquí y seré feliz los siete años que me quedan, pero probablemente la gente me olvide y solo seré feliz siete años junto a los que amo. Después de eso ellos serán libres.- 

-No puedo creer. Simplemente no quiero aceptar que mi pequeña simplemente se evaporara y yo te veré partir.- dijo el, con lagrimas en los ojos.

-Pa, sigo aquí. Siempre cuidare de ti, de Carrie. E incluso quizás encuentre a mamá, ella me dirá que todo esta bien y que esta mirándolos, seremos dos cuidando sus almas.- mi padre seguía en una especie de shock, le conté todo, desde que me iría a los 27 hasta que probablemente se olvide de mi.

-No puedo creer que te vayas tu también, que me abandones, llego perdiendo gente toda mi vida Madeleine, no puedo soportarlo mas.- me acerque el, agarre su cara entre mis manos y sonreí, con lagrimas en los ojos.

-Necesito que seas fuerte, Carrie te necesita, necesito que la cuides como siempre.- 

-¿Y quien cuidara de mi?- dijo el con lagrimas en los ojos, mientras yo visualizaba como un mar caía por sus mejillas, su hija mayor se estaba despidiendo de el.

-Yo, papá. Yo siempre cuidare de ti.- el me abraza, me abraza tan fuerte que siento como intentaba unir los pedazos de mi partido corazón, estaba dejando a mi padre sin una hija, sin una mejor amiga y sin su soporte.

-Siempre te reprochaste a ti mismo. Que no pudiste salvarlos.- comencé a hablar, mientras el se separaba, con el ceño fruncido.

-Yo lo estoy haciendo por ti, porque tuve la oportunidad de salvarlos, tengo la oportunidad de salvar a mi mejor amiga y lo hare. Así si me cueste la vida. Porque soy una mujer que cuida de los suyos y soy lo suficientemente madura como para afrontar al destino de esta manera. Y quizás te estoy agradeciendo por todos los años que soportaste mis caprichos, mis lagrimas y mis cambios de humor.- mi padre simplemente no entendía lo que decía.

-Los conocí hace un año y medio.- dije con una sonrisa- y son tan graciosos como los recuerdas. Me ayudaron a superar cada uno de los obstáculos que me puso la vida y se convirtieron en mis mejores amigos. Ellos no te odian, nunca lo hicieron. Ellos te entienden y te aman por ser tan fuerte, pa.

-Madeleine, me estas asustando. ¿De que demonios hablas...?-  dijo Bobby, mientras yo abría la puerta de la sala a los chicos, quienes esperaban afuera.

Su cara era un poema, las lágrimas volvieron y pude ver como agarraba su cabello, creyéndose al borde la locura. El primero en entrar fue Reggie, y luego los otros dos, todos se acercaron a mi padre, quien cayo de rodillas al piso, con las manos en sus muslos y mirándolos fijamente.

-Somos nosotros, hermano, no estas demente.- dijo Reg, con una sonrisa, mientras mi padre levantaba su mano, tratando de tocar su chaqueta de cuero, cuando lo hizo, el rompió en llanto.

Los tres pares de brazos se juntaron alrededor del viejo Bobby, haciendo que este los abrace, como si no hubiera un mañana, como si fueran capaz se esfumarse entre sus brazos, como si ya no los volviera a ver.

El los miraba, como si fueran fantasmas, como si fueran reales, los miraba tan fijo que asustaba. Toco el pelo de Luke, haciendo que el morocho suelte una pequeña risa.

-Lo siento tanto, yo intente hablar con ellos... pero llamaron a la policía cuando me vieron. Intente poner tu nombre en lo alto pero me dieron una paliza cuando lo intenté. Tendría que haberme esforzado mas, pero ya los había perdido... no me creía capaz de poder perder algo mas. Y luego... ella se fue y ya no fui el mismo...- hablo mi padre, haciendo que yo muerda mi labio inferior en el intento de no largar un sollozo, pero mire las manos de Luke agarrar a mi padre como yo lo había hecho antes, para abrazarlo de una manera tan fuerte que me hizo entenderlos.

Luke estuvo enojado porque no sabia nada de lo que había hecho el para tratar de remediar todo, se inclinaba a mi relación con Sophie, no eran amigos, eran hermanos. Luke sentía que su hermano lo había traicionado y mi padre sentía que había perdido a su hermano.

Ambos se perdieron mutuamente en el momento que paso eso. 

Lo siguiente que sentí fue como una manada me arrollaba, los cuatro estaban a mi alrededor, abrazándome, abrazándome de tal manera que me hacían sentir rota y entera al mismo tiempo. Me abrazaban como si me conocieran de toda la vida, me abrazaban con amor.

Y cuando mi padre me miro y me asintió sonriendo, fue que entendí.


Entendí el porque sufrimos.

Entendí ese llamado destino.

Entendí las injusticias de la vida.

Me sentí capaz de entender al universo. 

Entendí por que nos quitan tanto y porque nos dan tanto al mismo tiempo.

Entendí el amor.

El amor paternal, el amor romántico, el amor propio.

Entendí que había hecho lo correcto, y que quizás se me sea premiada por eso. 

O no.

Entendí que solo tenemos una vida para hacer lo correcto, y yo no iba a esperar a la siguiente.


Y tal vez.

Solo tal vez, si todo salía bien, podríamos llegar a ser felices.

Pero yo ya no era yo.

Ya no era esa niña asustada con miedo de caminar por la calle,

ya no era esa niña sometida, golpeada y quebrada,

ya no pensaba en lo injusta que estaba siendo la vida conmigo.


En ese abrazo entendí dos cosas primordiales.

Uno, la vida es una a no ser de que seas lo suficientemente suertudo para una segunda oportunidad.

Dos, iba a destrozar al destino. Lo iba a retorcer hasta dejarlo de mi lado. 

Porque después de todo, nosotros somos los creadores de nuestros propios destinos. 

Porque como en el ajedrez, todo se trata de tácticas. 

Y yo era la maldita reina de mi tablero, capaz de hacer los movimientos posibles para llegar a la victoria.

BRIGHT - luke patterson (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora