Una chica y Díez familias

LA TABERNA

Buenas, ufff cuanto tiempo, al parecer olvide poner toda mi cuenta en hiatus, pero regrese, aunque pasaron muchas cosas desde la....... Bueno ya saben jejeje, (maldito bicho) ahora bueno no veo con mucha frecuencia la serie pero me pondré a trabajar.

Una mujer, rendida casi sin motivación en sus ojos y que venía sin ánimos de continuar se acerca a su momento de desahogo.

Toma un lugar alejado de todos y sólo se dispone a tratar de beber un pequeño trago mientras busca con quien hablar sobre su propia historia y sus ideas sobre la vida cotidiana y sobre las decisiones que tomó, mientras toma un gran trago del whisky, mira al cantinero, y lo mira con gran resignación.

El cantinero la mira y trata de abrir una conversación con su aparente cliente nueva, y le sirve otro trago mientras se dispone a escuchar.

-Buenas noches, quiere que le sirva un trago bien cargado del cual usted pueda huir de sus pensamientos actuales y perderse.

La mujer pelo blanco lo miró con cierta incredulidad y pronto miró sobre su propio copa y le entregó una gran suma de 500 dólares para que el la atienda, y a la vez encuentre con alguien con quien platicar.

-Parece que usted sabe mi situacion verdad?

-En realidad solo se que todos los que vienen aquí, solo vienen a ahoagr sus penas, escapar de la realidad, un pequeño momento de perderse y no importales nada, pero tengo una duda,....
La mayoría son personas que no pueden enfrentar los problemas y las cosas que sufren por eso, la mayoría huye y escapa, usted no parece una de esas personas.

La peliblanca la mira por un momento con cierta incredulidad, pero pronto su mirada se pierde, y vuelve a su elixir de escape, y le contesta.

-tendrías miedo a lastimar o ser lastimando, y por eso tratar de escapar y sólo arrepentirte de tus acciones y solo desear que nada de esto haya pasado.

El cantinero la observó y le sirvió otra ronda y poco a poco miraba como la mujer empezaba a deprimirse y empezar a beber y beber sin dejar de lado su sensatez y dejando al libre sus verdaderos sentimientos.

Linka parecía otra mujer y empezó a llorar, pero está vez no es un llanto de tristeza, si no una de resignación, impotencia y odio, se odiaba ella misma, y pronto se tomó los brazos entre sí como si una pequeña niña tratara de encontrar el afecto de una madre, deseaba que alguien la hiciera sentir segura, confortarla, quería sentir amor, ella necesitaba alguien que la entienda.

El cantinero sorprendido por la reacción la miró por un instante y pronto dedujo que a pesar de ya ser una mujer, todavía era una niña, insegura, temerosa, que gritaba por alguien que la escuche, como si de una niña que fue separada de su madre se perdió y buscaba el amor maternal.

- Trate, trate, en verdad, yo sola trate de hacer lo correcto, pero no es suficiente para ellos, nada es suficiente, aveces quisiera que todo esto no pasara, en verdad, fui una grandisima estúpida.

El cantinero se dirigió para servirle un poco más.

- Niña, esto pasa cuando buscas que otros sean felices, pero tu olvidaste ser feliz, olvidaste a la persona más importante que eras tu misma,
Que esperabas, que todo saliera como en cuento de hadas, esta es la realidad, es la cruda verdad, solo depende de nosotros encontrar nuestra propio camino, si solo somos autocomplacientes, seremos más que objetos y no personas.

Linka sólo lo miró por un momento, y le dirigió una mirada de resignación.
Cómo si todo ya estuviera perdido.

- Ya es tarde para mí, de echos ya fue tarde desde hace 21 años, solo me pregunto, que tal si todo esto fuera de otra manera, si tan solo esto no, no, no pensar entre eso es tonto.