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— Oh, serás un hermoso o hermosa bebé. —dijo Noah acariciando el vientre plano de su hijo.

La situación es esta, Stiles tuvo que sacar a punta de amenazas a Derek de su casa para ir a la cena con el sheriff.

Tuvieron una buena plática mientras cenaban y cuando John repartía los postres, Stiles decidió decirle que estaba embarazado.

El Sheriff se quedó un momento en silencio mientras Derek se preparaba para salir corriendo ante cualquier movimiento del mayor.

Para sorpresa de la pareja, Noah simplemente se había inclinado a la barriga de Stiles y llevaba hablándole como un bobo por unos minutos.

— ¿Seguro qué no está roto? —murmuró el hombre lobo.

— No hables de mi como si fuera un juguete, Hale. —reprendió el Sheriff sin siquiera voltear a verlo.

— Papá, ¿te encuentras bien? —preguntó inseguro el castaño.

— ¿Por qué no lo estaría? —inquiere el mayor viendo a su hijo.

— Bueno, acabo de decirte que estoy embarazado.

— Y estoy saludando a mi nietecito o nietecita. —dice mientras acaricia la casi inexistente barriga del menor.

— Okay, ¿dónde están las cámaras?

— ¿Por qué tendría cámaras aquí? —pregunta Noah confundido.

— La pregunta correcta sería, ¿por qué no tendrías? —le responde el ojimiel.

El sheriff simplemente suspira y cierra sus ojos por un instante.

— ¿Acaso quieres que saque mi arma y comience a disparar contra Derek?

— No, no quiere eso señor. —responde rápidamente el moreno.

— Si, es lo más lógico en una situación como esta. —habla el castaño ignorando lo antes dicho por su pareja.

— No me ayudes, cariño. —vuelve a responder el ojiverde.

— Sabía que algún día pasaría. —dice simple el mayor.

Ambos jóvenes lo ven entre confundidos y aturdidos por lo que exasperado rueda sus ojos.

— Viven juntos, Stiles. —dice obvio John—. No esperas que me crea que aún sigues virgen, ¿verdad? —los mira acusatoriamente con una ceja alzada, ambos menores se sonrojan y desvían la mirada.

— ¡Pero si lo soy! —chilla rápidamente avergonzado, ganándose dos miradas incrédulas—. Al menos de un lado. —juega nuevamente avergonzado con sus dedos.

— No necesitaba saber eso. —suspira el sheriff.

— Aún hay más. —vuelve a hablar el castaño—. Vamos a tener dos bebés. —chilla risueño el ojimiel.

El sheriff abré sus ojos ante la noticia pero sonríe al ver la felicidad reflejada en el rostro de su hijo, aunque se siente un poco inseguro y temeroso ante esa noticia, sabe que su retoño está en buenas manos al también notar esa misma felicidad reflejada en el rostro del moreno.

Será algo difícil para ambos ya que jamás habían visto un embarazo masculino pero sabe que si hay alguien capaz de hacer lo imposible, ese es su hijo.

Stiles, ¿qué es Wattpad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora