Taehyung solo deseaba un viaje de cumpleaños tranquilo a Canadá. Lo que no se imaginaba es que en dicho viaje, se encontraría a una persona del pasado.
Que haría volver a despertar, aquellos sentimientos que pretendía olvidar.
...
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Bisan-Dong, Daegu
7 meses después.
Conducía velozmente por la ciudad, hablando por teléfono mediante auriculares, con un Yoongi demasiado malhumorado.
— Tranquilo hyung, me retrasé un poco con los turistas asignados, pero en 5 minutos estoy allá…
— Más te vale mocoso, porque estoy a nada de colocarme yo mismo el traje, y casarme con Taehyung.
— ¡Ja! Sobre mi cadáver dejaré que hagas aquello, idiota. En tres minutos llego.
Colgó. Sonriendo y acelerando hacia el lugar donde lo habían citado, para ayudarlo con su vestimenta de aquella noche.
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— Eres realmente precioso Taehyung… Parece un príncipe ¿Cierto Sana?
La chica asintió, colocando curly en aquel cabello peliazul.
— Hiciste un buen trabajo en maquillaje Jiminie, lo dejaste como un idol, de aquellos grupos de k-pop.
— Oh basta… hacen que me sonroje…
— Es la verdad TaeTae, te ves perfecto. Ya quiero ver la cara de idiota que pondrá Jeon.
— Estoy muy nervioso…
— No te pongas nervioso primo, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Tal vez, que tú y el tío Namjoon tropiecen y caigan enfrente de todos los invitados, y ya. No es para tanto.
Jimin le dió un golpe a Wooyoung en la frente.
— ¡Ouch hyung! Esa manita pega duro eh… — comenzó a sobarse la frente.
— No estás siendo de ayuda Woo, mejor cállate y ayuda a Taehyung a colocarse la coronita.
Mientras Wooyoung lo ayudaba. Jimin tomaba el bálsamo de fresa y se lo colocaba a Taehyung en los labios, sonriendo al ver aquel resultado final.
— Te ves lindo…
— Hyung… no llores.
El peliazul abrazó fuertemente a Jimin mientras este retiraba sus lágrimas rápidamente.
