Capitulo 12

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Pase una noche horrible, me costó mucho dormirme y como si eso no bastara, estoy despierta desde el amanecer. Para evitar cualquier intento de «hacerme entrar en razón», decidi sabiamente entrar a trabajar antes de lo habitual. Extraordinaria idea.
Estoy en la oficina desde las seis y media de la mañana y no se puede decir que tenga una mirada feliz y tranquila como cada día.

En la máquina del café me encuentro a Naruto. Es mi tercer café del día.

—Buenos días —dice serio—, siempre que para ti lo sean. Tienes un aspecto diferente—añade para confirmar mis sospechas.

—Necesito que me recuerdes algo: ¿por qué normalmente aprecio tu sinceridad? —pregunto mientras sujeto mi café, que acaba de salir de la máquina.

—Porque adoras mi sinceridad —responde ignorando  mi mal humor.

—Esta mañana no —admito cansada

Pensaba que este chico era más receptivo.

—Deberías salir más, Saku. Diviértete, conoce hombres… ¿estás soltera o no?

Asiento con resignación. —Sí, lo estoy…

—Aunque la prensa no opina lo mismo —afirma entre carcajadas y dejando entrever muchas cosas.

—Eso son idioteces —respondo contundente para dejar el tema.

Doy un sorbo al café. Está asqueroso, pero hoy tengo otras cosas de las que quejarme.

—Mira, en estas oficinas se rumorean muchas cosas, la mayoría inventadas, pero esto entre tú e Shikamaru… —Hace una pausa teatral—. Es como si en el fondo hubiera algo… cierto.

Me pongo pálida.

—No  es que tú me fueras a contar  algo  así —prosigue Naruto sondeando el terreno—, pero si quieres hablar con alguien, quiero que sepas que puedo guardar un secreto. Y si me dices que no hable de eso, pues me
coso la boca.

—Gracias —digo con sinceridad.

—Sé que vives con tus mejores amigas, pero a veces el punto de vista de un hombre puede resultar útil —añade con amabilidad.

Debo de parecer desesperada si todo el mundo se ofrece a ayudarme psicológicamente.

—Por no mencionar que también me harías un favor —dice y me guiña un ojo.

—¿En qué sentido? —pregunto sorprendida.

—Es sencillo: me interesa Tenten —explica—, pero creo solo tiene ojos para Shikamaru. Así que si tú, amablemente, lo  apartaras de mi camino, te ganarías mi más profundo agradecimiento.

—¡Naruto! —exclamo  indignada—. ¿Qué diablos estás diciendo? ¡No tengo la menor intención de quitar a Shikamaru de ningún sitio!

Excepto de mi mente, que parece haber invadido contra mi propia voluntad.
Hay veces que no entiendo a Naruto, hay que ser un sinvergüenza para proponer algo semejante.

—¡No sería nada malo! —añade rápidamente.

—¡Pero no digas tonterías! En lugar de perder el tiempo conmigo, ¿por  qué no  compruebas los últimos balances que han entregado  los clientes?

Me mira como si estuviera suplicándome. —¡Pero si hay una montaña!

—Exacto. Es mejor empezar lo antes posible —respondo sin permitir que su expresión me ablande.

—¿Yo solo? Necesito que alguien me ayude —suplica.

—Ya sabes que los demás están trabajando en las cosas de las que te escapaste anteriormente —le recuerdo—, pero si realmente necesitas ayuda, puedo preguntarle a Shikamaru si Tenten está libre.

Trabajando Con El Enemigo *ShikaSaku*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora