Capitulo 14

1.3K 140 51
                                    

Sin  duda,  esta  será  la  peor  comida  de  mi  vida.  Los  platos vestán horribles, y la compañía no es muy relajante. ¿A quién quiero engañar? ¡Estas son las personas más tensas del mundo!

Mi hermana me está mirando fijamente y mi madre, en cambio, evita mirarme a toda costa. Sospecho que se abstiene con todas sus fuerzas de hacer cualquier comentario negativo, porque tener que servir la comida a un miembro de la nobleza es algo que le encanta, estoy segura. Al menos agradezco el esfuerzo que hace.

—Y bien, Shikamaru —dice mi hermana—, ¿a qué te dedicas?

La pregunta podría parecer inocente, pero dado que presenció una escena bastante violenta (desde su punto de vista), no tengo la menor duda de que quiere llegar a otro tema.

—Soy el experto financiero de la división —explica con paciencia, perfectamente consciente de que estamos en un equilibrio muy precario.

—¿Y te gusta tu trabajo? —insiste Shizune.

—Sí, mucho —confirma Shikamaru.

Shizune no parece feliz al oír la respuesta.
—Así que en realidad te ocupas de cosas distintas de las que hace mi hermana…

—Sí, ella es abogada. Nos complementamos —dice Shikamaru. Eso último se lo podría haber ahorrado.

Shizune lo mira insistentemente.
—Aparte de trabajar para el mismo banco, diría que tú y mi hermana son bastante diferentes. Demasiado diferentes —sentencia.

¡Y el premio de la mayor delicadeza es para… Shizune!
 
Decido intervenir.
—Shikamaru  es  un  compañero  de  trabajo, ¿queda  claro? —digo  con contundencia.

Se le escapa una risita de burla que no le pasa desapercibida a mi madre. Genial, lo que faltaba.

—¿Te gusto la sopa de soja? —pregunta mi madre a Shikamaru, que sufre con cada cucharada que traga. También admiro el esfuerzo que hace en ese sentido.

—Buenísimo —confirma con una sonrisa tan brillante que parece que mi madre cede a su encanto.

—¿Y no te ocupas de los negocios de tu familia? —pregunta Gema. Nunca nos habla más de tres frases pero parece que hoy es la excepción.

—Actualmente no. Mi abuelo y mi padre son más que suficientes.

—Así que te ganas la vida… —añade Gema, irónico.

—Como cualquier persona —confirma Shikamaru, tranquilo.

—Bueno, no como cualquier persona —puntualiza mi hermana—, aquí ninguno de nosotros gana lo que tú ganas.

Shikamaru la observa muy serio.
—Tu hermana si, por ejemplo.

—Shikamaru, mi familia trata de olvidar lo que gano —explico para suavizar el ambiente.

Pero Shikamaru no cede.
—¿Por qué? Eres muy buena en tu trabajo, estoy seguro de que tu familia lo sabe y lo valora.

—A Sakura se le da bien ayudar a que la gente rica sea todavía más rica. ¿Dónde está el valor añadido? —se entromete mi madre, muy seria.

—¿Por qué? ¿Acaso un trabajo solo tiene valor cuando se ocupa de gente pobre? —dice Shikamaru con ironía.

Se presiente un choque de titanes.

—Probablemente tiene un mayor valor —sentencia mi madre, que no se avergüenza de exponer sus ideas.

Shikamaru la observa con reticencia.
—Bueno, eso me parece una forma de pensar discriminatoria —dice como si nada.

Trabajando Con El Enemigo *ShikaSaku*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora