Capitulo 17

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Gaara volvió para pasar las vacaciones lejos de las zonas devastadas del mundo. Mi hermano es un héroe, eso sí que es un
trabajo, reflexiono mientras leo un archivo larguísimo en la pantalla de mi notebook.

Hoy comeremos juntos y será un poco incómodo, teniendo en cuenta cómo nos despedimos hace unos meses. O mejor dicho, lo que paso desde entonces.
No hay ninguna esperanza de que pueda aceptar de buen grado lo que voy a contarle.
Odio las confesiones.

Shikamaru se ofrecio a acompañarme. Agradezco el gesto, pero mi hermano sabe ser una persona complicada cuando quiere. Me temo que se trata  de  un  gen  hereditario  presente  en  mi  familia  desde  hace generaciones.

La cita es en un viejo pub del centro que él adora.

—Entonces, ¿todo bien? —me saluda con un beso en la mejilla.

—Sí, genial —respondo con una sonrisa.

Lo veo bien, sereno y contento.
Nos acomodan rápidamente y toman nota de lo que vamos a tomar.

—Bueno, cuéntame un poco, ¿qué tal estos últimos seis meses? — pregunta enseguida.

—Pues como siempre. Trabajando, sobre todo —respondo. Gaara no se lo cree.

—Mira, Shizune me llamo por teléfono, así que no te andes con rodeos. ¿De verdad sales con ese tipo?

Me temo que llego el momento de la verdad.
—Más o menos —admito sin ofrecer más detalles.

Gaara da un buen trago a la cerveza que le acaban de servir. Luego procede con su retahíla de reproches.

—¡Sakura! Con todo lo que me paso, ¿cómo diablos terminaste metida en esta situación? —pregunta desconcertado.

—¡No todas las personas son iguales, hermanito! Lo sé, en teoría quieren lo mejor para mí, ¡pero en realidad no escuchan lo que yo quiero! ¿Qué derecho tienen a decidir mi vida? Yo no me metí en sus elecciones, y les agradecería que ustedes hicieran lo mismo con las mías.

Gaara me observa aturdido.
—No quería atacarte —se defiende.

Arqueo una ceja con desconfianza.
—Sí,  pero  es  lo  que  hacen  todos.  Sinceramente,  ya  tuve suficiente, es mi vida.

—Lo sé, créeme, lo sé —dice con una sonrisa, tratando de calmarme. Nos miramos sin decir nada.—¿Así que es el definitivo? —pregunta al cabo de unos segundos.

—Lo dudo —confieso—, pero no puedo luchar contra él. Sabe cómo comportarse conmigo, maldita sea. A este paso me convencerá para que me vaya a vivir con él.

Mi hermano silba.
—¿Ya estamos en esta fase? —pregunta impresionado pero mucho más relajado.

—Yo no, en absoluto, pero parece que él sí, así que probablemente se saldrá con la suya. Siempre lo hace —admito molesta.

—Deduzco que es un tipo testarudo.

—¿Bromeas? Es un tanque cuando se le mete algo entre ceja y ceja. Y por algún motivo, ahora está convencido de que se enamoro de mí —digo como si fuera algo absurdo.

—Y tú no te lo crees —añade mi hermano porque intuye lo que pienso.

—No es que no lo crea, pero me da la sensación de que, de algún modo, se quiere convencer él mismo. Yo sería la chica perfecta para fastidiar a su familia, a la que él detesta. Y en lugar de pelearse con ellos,
simplemente  podría  mandarme  a  mí  a  la  contienda. Imagínate  qué divertido…

Gaara ríe.
—Oh, vaya…

—¡No te rías! ¡Hablo muy en serio! Estamos hablando del hombre más cabezota del universo.

Trabajando Con El Enemigo *ShikaSaku*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora