3 | NixLoki [WandaVision]

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Capítulo 18: el final
(Parte 2)

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Se resignó cuando vio llegar a wanda junto a vision y sus hijos a la casa, viendo desde lejos a la familia ya no tan feliz .

Internamente se debatía en qué hacer, ella quería salvar a los tres , pero solo podía hacerlo con dos.

Lentamente caminó hacia donde se encontraban - hola- dijo ella mirando decaída a la pareja.

Ambos correspondieron el saludo , pero vision la apartó un poco de wanda cuando la nombrada entró a arropar a tommy y billy.

-No te preocupes por mi- dijo comprensivamente, sorprendiendo a la mujer- si tengo que elegir, los elijo a ellos-

-soy un monstruo verdad?- dijo con lagrimas en los ojos , esperando la afirmación del androide, el sabía lo que había hecho para poder salvar a dos de esa familia, debía estar tan decepcionado con ella.

-claro que no Nini- dijo rápidamente mientras la envolvía en un abrazo reconfortante, logrando que Nix sollozara un poco en su pecho - cada uno hace lo que puede por su familia, eso no te hace menos humana-

Se separaron despacio , mientras la mujer limpiaba los restos de lagrimas en su cara- Gracias - contestó , recibiendo un asentimiento por parte de vision .

-fue agradable compartir tantos momentos con ustedes- agregó vision antes de ir con Wanda a la habitación .

-te extrañaremos vision - dijo viendo cómo el nombrado casi llegaba al marco de la habitación.

-y yo a ustedes - seguido a eso entro a ver a sus hijos, por última vez.

En cuanto ambos salieron , wanda se acercó a su hermana- ocurrió algo?- preguntó un poco preocupada, ya que no se encontraba con su familia.

Ella negó lentamente- solo vengó a darte un regalo, pero puedo esperar, tu ve con vision - dijo regalándole una sonrisa delicada a la bruja.

Ella asintió y se encaminó con vision a la sala, mientras que Nix entraba en la habitación de los niños, viéndolos dormir plácidamente.

Y pensar que no habían notado cuando se desvanecieron la vez pasada, como si de cenizas se tratara, siendo llevada por el viento, en paz.

Pero esta vez no dejaría que eso pasara , se sentó en el centro de la habitación y se concentró en otra cosa que no sea el dolor en su estómago .

La energía que salía de su pecho dolía como el infierno, era como quitarse un pedazo de su corazón sin anestesia.

El cuarto se iluminó mientras hilos de sus característicos colores recorrían la habitación, llenándola de formas al azar.