Algunas escenas +18
Elige: ¿con quién te besarías, con quién te casarías y a quién matarías?
Olivia James lo tiene claro:
Besaría a Ezra Johnson, porque está cañón.
Se casaría con Mateo Ford, porque además de guapísimo tiene buen corazón.
Y mataría...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El miércoles por la mañana Ezra Johnson se acercó a hablar conmigo.
Lo digo, y no lo creo. Pero sucedió de verdad. Estábamos terminando de almorzar cuando Carla, que había aprovechado el momento para contarnos todas las múltiples razones por las que no soportaba a su hermanastro, se quedó callada de pronto.
Al seguir la dirección de su mirada fue que me encontré con los ojos oscuros de Ezra. Esperaba tranquilamente de pies al lado de nuestra mesa.
—Ese chico tiene pinta de ser un poco gilipollas —comentó.
Tragué lo último de la ensalada que había estado comiendo y observé cómo Ezra comenzaba a dirigir su atención hacia mí. Sabía que aquel era mi momento, ese que tanto había esperado.
Como mi tía había dicho, no tenía absolutamente nada que perder. Si me rechazaba, me refugiaría en mis amigas, muchísima comida chatarra y las canciones de Taylor Swift. Bueno, y vino robado de la bodega de los padres de Isabella, todo sea dicho.
—¿Qué tal, Olivia? —Preguntó.
Incluso estando más abajo que él, observándole en ese tipo de perspectiva nada favorecedora, porque podía apreciar su mentón y los agujeros de la nariz... Ezra Johnson seguía siendo guapísimo.
Probablemente podría dejar su futura carrera como cirujano o jugador de fútbol para convertirse en modelo.
—Bien estoy yo —contesté, sintiendo la boca seca.
Acto seguido Heeijin me metió un codazo nada disimulado entre las costillas. Ahí me di cuenta de mi error y comencé a notar el calor creciendo en mi cara. Sin embargo, Ezra simplemente amplió la sonrisa, pero no como si se burlara de mí.
—Quiero decir que estoy bien —me corregí apresuradamente, y yo también traté de sonreír.
—Me alegro —dijo él.
Sus ojos, durante unos segundos, bajaron de los míos hacia el sur. Hacia mi boca.
Había leído en alguna parte, esencialmente novelas de wattpad, que cuando un chico hacía eso era porque tenía ganas de besarte.
¡Ay, Dios mío! Por las gafas de Harry Potter que si Ezra Johnson quería besarme no solo me dejaría, sino que también me desmayaría.
Sin embargo, al poco tiempo, volvió a alzar la mirada.
Bueno, era un muchacho educado. Debía darle el punto.
—Este sábado mi amigo Jason da una fiesta —continuó, con su sonrisa seductora—. Me preguntaba si querías ir.
¡SÍ, SÍ, SÍ Y MIL VECES SÍ!
Me encogí de hombros simulando estar dudosa.
Claro que sí, Olivia. Intenta arreglar el error garrafal de antes.