9H

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[𝟸𝙷 𝙿𝙰𝚁𝙰 𝙴𝙻 𝙸𝙼𝙿𝙰𝙲𝚃𝙾]

En frente suya había un niño de unos dieciséis años, que caminaba prácticamente arrastrando los pies. Parecía estar drogado por la actitud que tenía.

—Es muy reciente, así que no nos ha dado tiempo a preguntarle su nombre, llámalo como quieras— dijo mientras agarraba al niño por los hombros— ¿Tenías un omega?

—Estás enfermo— seguía diciendo.

—Bueno, ¿has tenido un lazo alguna vez?— al no recibir respuesta continuó— Los alfas no solemos morir cuando nuestro omega muere. Lo pasamos mal si era un vínculo muy fuerte, como todos, pero no somos tan débiles como los omegas. Ellos sí llegan a morir, aunque el lazo se haya formado a la fuerza— Conway empezó a entender por dónde iba— Lo mejor es que no es instantáneo, si el alfa muere, el omega irá muriendo poco a poco— el de la cicatriz en el ojo comenzó a acercarse más con el niño, dándole un último empujón a este para que tropezara hacia delante, cayendo en los brazos de Conway. Este lo observó preocupado— Márcalo.

Levantó la vista al momento de escuchar eso.

—No— sentenció. Entonces Abomination sacó un arma y le apuntó a la cabeza— Mátame, me da igual.

El otro alfa refunfuñó.

—Me había olvidado de que eras un tipo duro— movió un poco el arma, apuntando esta vez al niño— O le marcas o lo mato yo mismo, pero no de forma rápida.

Conway no sabía que hacer. Notaba al omega abrazarse a él, quizás para tranquilizarse a pesar de estar drogado. Sabía que si le marcaba y él moría, el chico también lo haría, pero tampoco quería que le torturasen. Se separó un poco del menor para verlo a los ojos. No quería hacer aquello, pero no tenía otra opción.

—Hazlo ya.

—No saldrás vivo de esta— soltó en un tono amenazante hacia Abomination.

—Yo no soy Smith, no te va a resultar tan fácil— tras sus palabras disparó al suelo, a escasos centímetros del chico que sujetaba Conway— La siguiente será en su pierna.

El pelinegro suspiró. Trataba de buscar con la mirada algo con lo que poder atacar, pero no había absolutamente nada. Estaba despesperado, ya no solo por la situación en la que se encontraba él, sino por sus amigos también. Hacía escasos minutos había sido capaz de sentir la angustia de Gustabo gracias al lazo, pero lo que realmente le preocupaba y exasperaba a la vez, era que ya no lo sentía. De un momento a otro aquella sensación se había esfumado.

—Lo siento— murmuró hacia el menor, quien no parecía estar enterándose de nada.

Comenzó a sacar los colmillos, a pesar de que su alfa se negase, y sujetó la cabeza del omega para dejar más a la vista su cuello, pero justo cuando se empezó a acercar, escuchó un golpe seco fuera de la habitación.

Abomination se giró, sabía que había sido uno de sus hombres, pues solo habían entrado para dejar al niño y, posteriormente, seguir custodiando la puerta.

—Un poquito de silencio, por favor— gritó acercándose a ella. Cuando estaba a escasos centímetros, esta se abrió.

Conway no podía ver quién era, pero agarró al omega que tenía en sus brazos y lo puso tras él por precaución.

—¿Pero qué...?

Vio cómo alguien le clavaba un cuchillo en el hombro al alfa, quien, a pesar de eso, trató de levantar su arma. Aquella acción no le sirvió de mucho, pues la otra persona le golpeó para poder sacarle la pistola y darle un culatazo que le hizo caer al suelo.

𝑲𝒊𝒍𝒍 𝑻𝒉𝒆𝒎  |Intenabo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora