En los suburbios de mi ser,
algo que no poseo desea volver a ti.
Algo ansía volar entre las nubes
de ese cielo, el cuál un día tus ojos
contemplaron. Y que quizá aún
sigue preso, entre el nudo de
tus dos brazos: Donde el
amparo en que reposa mi
alma, se parece al que se
sitúa en tus dos párpados.
Tengo la necesidad de volver a ti:
De quebrar con la fuerza que no
tengo, las murallas que entre tu
mano y mi mano, han forjado
los momentos que no hemos
compartido, como amantes,
como dos locos enamorados:
Irremediablemente perdidos.
Mi alma es exprimida como si fuera
un cerezo, por la congoja de la
distancia y su sangría. En mi oído
hace falta oír tu voz y en mi lengua,
la dulzura de recorrer tu cuerpo, tu
cuerpo vanidoso, y hecho de poesía.
Terca necesidad
de volver a ti. De sentirme libre
como un ave aunque éste no tenga
alas. Déjame acercarme a tu boca
y con un beso revivir en tu alma.
Necesito sentirme sereno
como un náufrago. Sentir tu tacto
y cosechar de tu pecho suntuoso,
las espigas azules que no se
obtienen en los campos.
Eres para la angustiada
desdicha de mi mansedumbre
perdida, el socorro que baja a
saltos de entre los valles, el
suave beso del agua en
una garganta seca, el
futuro incierto que
se vuelve cierto en
la idílica belleza
de tus andares.
Soy vanamente un hombre,
con necesidades como a todos,
y volver a tu lado, estar contigo,
beberte entera como un sediento,
es una de tantas ellas.
Tengo que besarte amor
tengo que besarte
aunque sepa que aún,
que aún no te tengo cerca.
