Ternura que terminará en fuego.
Dulzura que terminará en brasas.
Hoguera que fue en un ávido comienzo,
la luz de dos silenciosas miradas.Amor que ha de convertirse en incendio
y en ardor en velo de bruscas llamas.
Apenas despierten los besos del sueño,
no pararan las combustiones sacras.Deseos que suelen venir a vernos
en la marea de la dicha y calma.
Deseos que habrán de morir en la vera
de una angosta, pero cómoda camao en los suelos de un hábitat helada
o sobre el pasto tibio de una tarde;
no importa cuando ni donde, solo importa,
la suntuosa pasión que es fuego y no arde.