CAPITULO 4

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Ya han pasado tres meses. Cada uno a pasado por algo diferente.

Donatello sigue con sus experimentos. Pero son experimentos privados. Nadie sabe que son o de que tratan. Sólo se encierra allí días completos. Con sonidos demasiado extraños. Tan extraños que no parecen ni siquiera de un científico loco. Abril se preocupa mucho por el. Pero este no le quiere ver la cara, es como si el viera a un enemigo en ella. Literalmente, así se sentía el con su presencia.

Miguel Angel ya se adaptó a su ser. Ahora su mirada no muestra inocencia, más bien muestra dolor y sufrimiento. La cicatriz en su ojos que empezó roja, se fue uniendo a su piel, esta se tornó verde. Todas esas heridas cambiaron severamente la personalidad de el. Como sí estas hubieran llegado a su corazón y provocado heridas tan profundas que ni las cicatrices podían rellenarlas.

Splinter seguía meditando. Lo hacia día y noche. Se perdía en su propia dimensión. Ya no se fijaba en sus recuerdos de su vida humana, estos recogían polvo diariamente. Aveces durante su meditación se podían escuchar gritos que sofocaban las alcantarillas. Como sí estuviera en una batalla con sigo mismo. Era rara la vez que hablaba con sus hijos.

Leonardo.... Pues no hay mucho que decir. Sólo esta en su cuarto todo el día. Los chicos le llevaban comida a su cuarto pero muy debes en cuando la recibía. Ya no veía los héroes espaciales. Y como el no salía de ahí, ninguno pudo volver a la superficie. Pues sin su líder, quien sabe que podría pasar.

Mientras la depresión se apoderaba de las alcantarillas. Cosas irreales pasaban en la guarida de destructor al pasar los tres meses.

Al principio Rafael estaba muy inseguro de la decisión que había tomado.

Los primeros días, se mantenía en su nueva habitación. Lo único que hacia era apoyar su cabeza contra una ventana.

<< es sierto? Hice lo correcto? Las alcantarillas no eran mi verdadero destino? Me extrañarán tanto como yo los extraño?....>>

Esos eran los pensamientos que no le permitían adaptarse.
Destructor entro a su cuarto.

-ya es hora de empezar desde cero. Sígueme, Rafael-

Como todos lo saben, Bradfort tenía una academia de entrenamiento para los próximos ninjas del clan del pie. Pero por la inconveniencia de su mutación, este solo entrenaba a aquellos que estaban a un nivel más alto y tenían una buena posibilidad para ser ninja.

Destructor le dio órdenes a perrera para que entrenara a Rafael.

-espero que saques lo mejor de el. Ahora hace parte de la familia-

-yo no diría que esto es una familia y mucho menos que haría parte de ella- susurro perrera con la cara baja para que su maestro no lo escuchara. Pero fue obvio que lo hizo.

-YA BASTA! Deja de hablar así bradfort. Nosotros nos apoyamos unos a los otros- contradijo destructor para que Rafael no pensara lo contrario.

Destructor abandonó el dojo dejando a Rafael en la garras de perrera.

-jamás creí que fuera a verte en el lado correcto, tortuga- dijo perrera mientras que caminaba en círculos a su alrededor.

Rafael sólo miraba a la nada con orgullo mientras cerraba sus puños. Muchos no lo creerán pero aveces eso ayudaba a Rafael a contener su ira y no explotar.

-Y crees que podrás llegar a mi nivel?- reía con sarcasmo.

-no creo, estoy seguro que podré superar tu nivel-

-ja! Tu no alcanzarías ni siquiera el nivel de spackman!-

-baxter stockman no es un guerrero-

De sangre pura, a sangre oscura...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora