Alba:
–Despierta–escucho una voz grave.Me quejo mientras me remuevo en mi cama intentando no perder el sueño, pero sobre todo negándome a levantarme a las seis de la mañana para tomar la carretera durante prácticamente y por fin llegar a nuestro destino: Miami, donde pasaremos todo el verano.
–Alba, despiértate de una vez–insiste.
Bufo, agarro unq de mis almohadas, intentando que mi camiseta no se mueva mucho, y se la tiro sin muchas fuerzas.
–No me tires cosas–se queja, devolviéndome la almohada, que cae justo en mi espalda.
–Y tú no me las devuelvas–se la tiro de vuelta.
–Alba, no bromeo–se queja, tirándola de vuelta solo que esta vez cae justo en mi trasero medio desnudo, ya que inútilmente se me ha subido la camiseta de mi hermano.
–Eres un pesado–me quejo, tirándole la almohada de nuevo.
–Seré lo que quieras pero no quiero llegar a las tantas.
–¿Y los demás?–entrecierro mis ojos en su dirección.
–Han salido hace casi dos horas dirección Miami.
–¿Y por qué no hemos salido a la vez?
–No quería despertarte–se encoge de hombros.
–¿Qué hora es?
–Nueve menos diez, así que mueve el culo.
Me levanto de mala gana y al pasar por su lado lo golpeó con la almohada de sus manos y salgo corriendo escaleras abajo. Escucho sus pasos seguidos de los míos hasta que noto unas manos en mi cintura agarrarme y tirarme al sofá y posicionándose encima de mí.
–Eres insoportable–murmura cerca de mí.
–Y tú un capullo–murmuro bajo.
–¿Por despertarte una hora y media más tarde sabiendo que llegaremos muy tarde? Sí, soy un completo capullo.
–No, eres un capullo por estar encima de la hermana de tu mejor amigo.
–No veo que te quejes.
–Y yo no veo que te importe estar encima de mí.
Liam alza una de sus cejas oscuras, mi nariz roza la suya por lo que las rozo haciendo que sus labios prácticamente rocen los míos. Mis piernas se enredan en su cintura pegando su pelvis contra la mía.
–Alba…–susurra contra mis labios.
–Cierra la boca antes de decir alguna estupidez.
A pesar de saber que esto es un gran error, relamo mis labios mojándolos y sobre todo, rozando los suyos lo suficiente como para tentarlo. Creo que nunca antes me había apetecido tanto equivocarme como justo ahora.
Llevo una de mis manos a su cuello, acariciándolo lentamente con mis uñas. Esa misma mano se mueve lentamente por su piel hasta llegar a su nuca, es entonces cuando noto como sus vellos se han erizado ante mi tacto.
–Alex me mataría–susurra para sí mismo.
–Yo también quiero matarte. ¿Qué importa?
–Joder, eres insufrible–murmura.
Ni siquiera me da tiempo a insultarlo cuando sus labios chocan contra los míos. Por unos segundos no me muevo, pero cuando reaccionó y le devuelvo el beso, mis labios se mueven intentando seguir a los suyos, que tienen el total control del beso. Incluso puedo llegar a notar como el beso se nos queda corto y necesitamos más del otro.

ESTÁS LEYENDO
Contigo ✓
Historia Corta"Quién se acerca a Liam Harrison se asegura un corazón roto" Alba había escuchado esa advertencia durante años. Todas las chicas de su instituto la repetían, pero sobre todo se lo había escuchado cientos de veces a sus amigos entre bromas, y especi...