Capítulo 4

196 8 0
                                        

Alba:
En cuanto llegamos a Miami, me encierro en mi habitación con Tyler, mi mejor amigo desde que prácticamente nací, alegando que es una emergencia femenina para evitar cualquier pregunta. 

Tyler es quien ha estado conmigo en cada momento de mi vida, sin importar cuanto me haya equivocado, cuanto le haya enfadado o que tanto sienta que le haya decepcionado. Tyler siempre se ha mantenido a mi lado.

Desde el momento del encierro ha pasado media hora en la que me he mantenido en silencio. Mirando cualquier cosa menos el rostro de mi mejor amigo.

No voy a negar que me siento extraña ante la situación. Por una parte, solo quiero que ese beso se repita porque ha sido jodidamente emocionante hacer de nuevo algo que sé que está mal. Pero por otra, sé perfectamente que ha sido un error que no se puede repetir porque se acabaría complicando absolutamente todo.

–¿Qué pasa, Alba?–pregunta serio.

–La he cagado a lo grande–murmuro.

–Ningún error es tan grande como para que no haya solución–rueda los ojos.

–Esque no sé ni por dónde empezar, joder.

–No habrás vuelto con Zack–interroga, alzando una de sus cejas rubias oscuras–Porque en ese caso sabes que me decepcionaría y le diría a Liam que le rompiera cada hueso de su cuerpo.

Ante la mención del castaño oscuro, casi pelinegro, me encojo de hombros, incómoda.

–No he vuelto con Zack, Ty–ruedo los ojos–Es que… Un chico me ha besado, pero es un capullo y…

–¿Un chico?–exclama emocionado–Esto se pone interesante ¿Cómo se llama?

–Es que me vas a matar–suspiro–Promete que no me juzgarás ni mucho menos gritarás.

–Nunca te he juzgado, Alba.

– Liam y yo nos hemos besado–suelto rápido y de manera torpe.

Joder, decírselo a alguien y decirlo en alto lo vuelve mucho más real.

–¡Que has besado a quién!–chilla–¿Como que Liam te ha besado?

–¡Pero no grites!

–Necesito que te empieces a explicar–sonríe emocionado.

–Esta mañana nos peleamos con una almohada y acabo tirándome al sofá y posicionándose encima para que no pudiera huir.  Estábamos muy cerca, no sé en qué estábamos pensando, creo que no lo hacíamos y por eso lo hicimos.

–¿Solo ha sido un besito?–intenta quitarle peso a la situación.

–Uno muy bueno–confieso.

–¿Sin toqueteo?

–Me agarró el trasero pero al notar piel con piel se separó ¿Eso no cuenta como manoseo, no?

–Para mí sí–asegura–Espera, ¿Piel con piel? ¡Estabas desnuda!

–¡No! Estaba en ropa interior–murmuro avergonzada, con las mejillas ardiendo.

–¿Y él?

–Vestido completamente.

–Por lo que me dejas ver, te gustó–analiza.

–Bueno, llevaba mucho sin besar a nadie–me encojo de hombros.

–¿Habéis hablado del tema?

–Sí–ruedo los ojos–Dijo que había sido un error a mantener en secreto y que no podría volver a repetirse nunca.

Contigo ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora