♦️11♦️

181 16 2
                                    

Después de que Yoonji se haya recuperado entró  al baño a lavar su cara.

—Maldito, estúpido. Sólo espero que la vida se las cobre muy caro.

—No es bueno ser tan rencorosa-. Habló una voz a sus espaldas.

La pelinegra volteo confundida y su ceño se arrugó al ver a... Nah, ni tenía idea de quién era esa.

—¿Y tú quién eres?

La chica frente a ella río indignada, se hizo su lacio y largo cabello castaño hacia atrás.

—Min YoonJi, maldita olvida todo.

—¿Ah?

—Soy Shin Yuna ¿Cómo pudiste olvidarme?

Yoonji parpadeo confundida.

—¿Yuna? ¿Quién eres?-. Infló sus mejillas sin recordar a alguna Yuna.

—¡Aish! Me rechachaste en la secundaria por-

—Aaaah ¿Eres tú en verdad? Woah, creciste tanto-. Le sonrió.

—Lo sé. ¿Me veo muy bonita?-. Sonrió dulcemente, Yoonji asintió levemente.

—Siempre fuiste bonita.

—Pero no más que yo-. Una tercera voz las hizo voltear a la entrada del baño, donde una pequeña y enojada rubia estaba de pie con sus brazos cruzados y un puchero.

YoonJi sonrió enternecida y se acercó a darle un abrazo.
Besó su frente con cariño mientras Yuna alzaba una de sus perfectas cejas.

—¿Ah? ¿Ella más bonita que yo? Ja, ¿Te has visto bien y aún así mirándome a mí te atreves a decirme eso?-. Río mirando sus uñas. YoonJi apreto sus puños cuando vio a su bonita bebé bajar la mirada y volverse insegura.

Nadie. Absolutamente nadie haría sentir mal a su bebé.

—¿Te crees con derecho de compararte? Nadie debe hacerlo, cada uno de nosotros es diferente y pensamos diferente. Para mí ella es la más bonita de todas.

Jimin tomó su muñeca y la arrastró a la salida.

—Unnie, no digas nada v-vamos.

YoonJi se dejó llevar por su bebé fuera del baño, con la mirada molesta de una castaña tras de ellas.




















•☆○●☆○•☆○●☆○•☆○✨
(P.O.V Yoonji)

Empezamos a caminar sin rumbo fijo por el patio de la escuela, nos sentamos bajo un árbol en los jardines, la mayoría estaba en clases por suerte nosotras teníamos hora libre.
Me recargue en el árbol y ella se sentó en mi regazo de lado escondiendo su carita en mi cuello.

Tomé su manita suavemente y besé su pomposa mejilla.

—¿Estás bien, bebé?

—Ujum... Sólo que me hizo sentir muy pequeñita.

—Eres muy pequeñita, mi vida. Estás toda chiquitita.

Jimin río enternecida, se separó un poco de mí y me dio un besito esquimal.

—Unnie, gracias por todo lo que has hecho.

—Bonita bebé, no debes agradecer, lo hago porque de verdad me importas-. Sonreí al ver como ella también lo hacía.

—Asi que... ¿Soy las más bonita de todas para ti?-. Reí al ver su carita sonrojada.

—Asi es.

—Unnie, deberíamos... ¿Empezar a salir?

La miré asombrada.

—¿Q-Qué?-. No salía de mi asombro, de verdad ella me estaba pidiendo... Salir..— ¿C-Como novia y novia?

—Sí-. Ella río seguramente disfrutando de mis tontas caras, pero no importa porque se ve realmente linda sonriendo.

—Claro que sí, yo te lo había dicho. No es la manera en que quería pero al menos ya somos novias ¿Porque sí somos novias entonces ya, verdad?

Ella seguía riendo, tomó mi cara en sus manos y me besó suavemente, cerré mis ojos suspirando antes de corresponderle, amaba tanto  cada que sus labios se movían con los míos, me hacían perderme y sentirme como la chica con más suerte del mundo. Ella me hacía tanto bien y yo quería que se sintiera de igual modo a mi lado.

—Unnie...

—¿Qué pasa, novia?-. Reí emocionada, pero mi sonrisa se borró cuando vi su cara sería y concentrada en mi rostro.

—¿Qué te pasó en la cara?

Desvíe la mirada, rayos. Había olvidado que el maldito de su ex me había pegado.

—Y-Yo tropecé camino a mi salón.

—Pero no parece un golpe que se da cuando te tropiezas. Está marcado aquí bajo tu mandíbula.

Su voz llena de preocupación y seriedad mezclado con ese tono dulce que siempre la acompaña creaba descargas de sentimientos en mi pecho.

—Es que... Yo...

Supe que estaba jodida cuando sus bonitos ojos se apagaron.

—¿Hoseok?

Trague saliva pesado y asenti bajando la mirada.

—Es que, bueno yo quería respuestas y todo terminó en putazos.

—Unnie, no es divertido. Te dije que te alejaras de él-. Sus ojitos se llenaron de lágrimas y fue ahí cuando me sentí una completa idiota.

—Cielo, sé todo o bueno lo que pude deducir. Te ayudaré y jamás te dejare sola-. Tomé su carita en mis manos y con mis pulgares retire las lágrimas que escurrían por sus mejillas.

—Te lastimó.

—No, no lo hizo. Duele pero todo estará bien porque no dejaré que eso pase ni que te siga lastimando. Debes volver a terapias, ahora me tienes a mí y puedes apoyarte en mi pecho todo lo que necesites y quieras.

Y ahí, en el patio de la escuela, Park Jimin me contó todo, mientras lloraba, temblaba y se aferraba tanto a mi pecho que por esa hora me dolió horrible, de la impotencia y el coraje.

Cuando ella sollozaba bajito en mi cuello, miré al cielo pidiendo enormemente que jamás me la quitará del camino, yo iba a protegerla, amarla, sanarla y cuidar como nadie más lo ha hecho.

Corazón de piedra [Y.M Fem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora