Hola, sé que no esperabas esta carta, ni yo imaginaba escribirte, pero aquí estoy.
Sé que ahora mismo no hay nada definido entre tú y yo, y que por lo visto has sido muy claro en que no estás interesado en continuar con nuestra relación... Pero estoy segura que si te tuviera al frente, tu mirada te delataría y esa electricidad que sentía cada vez que estábamos cerca, esos besos, esas conversaciones, no me permiten dejar que esto suceda así y ya, que se pase la vida y que nunca sepas que voy a todas por ti, que te quiero bien, que no me importa mostrarte esta parte vulnerable de mí porque quiero estar contigo. Una persona siempre me dice: "Ve por todo, el no ya lo tienes", así que aquí voy.
¿Has sentido alguna vez como si cada respiro duele, pero no porque estés enfermo, sino porque pierdes una parte de tu vida sin estar donde quieres estar? Bueno, eso es precisamente lo que ocurre conmigo por estos días, días en los que no te veo, en los que no sé nada de ti, días en los que parece que no voy a volver a verte más. Y me duele respirar sin la certeza de que me pertenece tu sonrisa, sin conocer que hay una posibilidad, aunque fuere ínfima, de que me llames de nuevo "mi vida, cariño, corazón" o que me digas de nuevo "Te Amo"; me duele respirar porque no estoy donde quiero estar y ese lugar es contigo.
Es clara la razón de esta pequeña intervención en tu día, eres más que esos atardeceres de conversaciones sin final, más que cualquier cosa en mi corta vida.
Quiero volver a verte ; y que lindo sería si fuera en uno de nuestros lugares (sabes cuáles) y si sucediera y sientes lo mismo que yo, no digas nada, solo déjame respirar y sentir que ya no duele, solo dame una sonrisa y sabré que somos tú y yo hasta el fin.
