Carta 29: Ocaso

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Mucho sin poder escribir algo nuevo y refrescante, ya olvidé lo que es ver el mundo a través de otros ojos, y todo está empañado, quizá es tiempo de terminar abruptamente con esa etapa de la vida en que era ubérrima en descifrar los vocablos que venían de mi interior al sentirte cerca... Se agotó el tiempo, así lo creo, porque ya no tenemos conexiones y se apagó el fuego de las ilusiones con que mantenías despiertos los ojos de esta buscadora para convertirte en el numen que me diera más que un propósito.

Lo ves, sigo sin poder hilvanar oraciones con sentido... Se me acabó el tiempo y he llegado al final de este transitar, estoy feliz conmigo, pero tú estás feliz sin mí y en los brazos de otro amor, quizá siempre debió ser así, quizá jamás estuvimos destinados a ser y eso está bien porque así puedo irme a dormir en paz.

Dispersa, solo estoy dispersa, me lo repito, una y otra vez, que ya no debo pensar en ti, que hay miles de historias que no conozco.... pero tu historia es la única relevante para mí.

Joder!
Aparecí de pronto en esta maraña de pensamientos. Te tengo aquí para mí aunque ya no estás, y estoy difuminándome entre el desaparecer y tu recuerdo. Lo tengo, voy a terminar con estos pensamientos que me tienen ligada a ti, pero nunca dejaré de escribir porque así me mantengo viva, me mantengo feliz de ser lo que soy aunque lo soy sin ti.

Y es que sabes?
Volví a ser cotidiana, se esfumaron tus ojos y me quedé sin la genialidad que me acompañaba...

Te llevaste esa alegría que portaba cada mañana, no he bailado, ni siquiera he cantado en la ducha, pasan los días y de vez en cuando aparecen esos residuos de la infinita paz que me dabas, pero se opacan en un instante; cada vez es más efímera su aparición, esos minilapsos en que puedo ver el color a mi alrededor... Me dejaste deshecha y no volveré a ser la misma.

Fuiste cruel, despiadadamente cruel, y tu olvido es lo que más me duele porque eramos todo, y ahora solo hay silencio, un silencio ensordecedor y desolación, una abrumadora desolación.

Pero ya si, ya me voy a dormir, porque aunque seguiré siendo cotidiana, sé que mañana estaré a un día más de distancia, un día más lejos de ti.

Mil Cartas A Tú NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora