Carta 2: Llegaste

68 3 1
                                    

Llegaste y después de unos días me besaste.

No te esperaba, quería encontrarte pero resultó ser al revés; y viniste a mí con una sonrisa en tu rostro, con tus brazos bien abiertos para decirme que nada podría salir mal, para protegerme de todas las personas, incluso de ti mismo. Me encontraste y me diste una nueva perspectiva, me diste una nueva sonrisa, una nueva mirada hacia el mundo que no se veía tan lindo antes de tu llegada. Me viste, me viste y te hiciste indispensable para mí, un confidente, una bendición, un sueño que me hace vivir enamorada.

Viniste y no supe si cerrarte las puertas de mi vida, o dejarlas completamente abiertas; pero al final creo que me venciste y ahora no quiero dejarte escapar de aquí. Tú eres mi inspiración, el deseo de seguir adelante, tú me llenas, me completas, me haces sentir que puedo ser más y alcanzar el mundo para ser felices.

Me besaste y nada fue igual después de eso; nada ha sido igual desde ese primer beso. Me besaste y me hiciste adicta, me marcaste y no quiero olvidar tus besos, no quiero disfrutar ni deseo ser seducida de otros labios. Me besaste y cambiaste el mundo para mí, me hiciste soñar y me hiciste querer volar, querer enseñarte todo lo que soy y lo que hay en mí; me inspiraste a deshacerme del miedo y de las barreras que había en mí, ese es el poder de tus besos.

Llegaste y después de unas semanas, te volviste lo más grandioso e importante de mi vida.

Mil Cartas A Tú NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora