El asistente [GRUDGES] ✔️〽️

22. Mientras unos comienzan a salir de su tormento, otros entran en uno nuevo

Capitulo 22: Mientras unos comienzan a salir de su tormento, otros entran en uno nuevo

—¿Entonces qué sugieres?—, miro mi teléfono entre mis dedos que lo estrujan queriendo que fuera la garganta de Kirishima, esta conversación no me estaba ayudando en nada.

—Ya te lo dijeron hermano, tienes que comenzar a visualizar. A verte en un futuro sin ella, Midoriya ya intento razonar contigo referente a el mismo asunto—. Escuche la voz de alguien mas llamando a mi amigo con dientes puntiagudos, parece ser que estaba por salir, —no puedes seguir estancado en esa arena movediza de amor en la que puedes salir cuando quieras y, por simple placer y gusto no quieres dejar.

—Kirishima es que no lo entiendes, si estuvieras en m…

—No necesito ponerme en tu lugar para entenderte, porque estuve ahí y viví lo mismo con un chico que no quería salir del closet o mínimo admitir que era bisexual o genero fluido. —El golpe que escucho detrás de la otra línea parece ser la de una puerta de auto cerrarse, luego el motor de un automóvil me hace alejar mi oreja del auricular—. Se que es difícil volver a intentarlo, sobre todo porque no tienes experiencia en el amor y tienes miedo de que te vuelvan a lastimar. Todos tenemos ese pavor a salir con el corazón hecho trizas, pero no por eso vas a designarte a recuperar tu antigua relación, repararla y intentar que funcione por miedo a intentar otra vez, pero con diferente persona con la que apenas te vas a aventurar a enamorarte de esta. ¿Escuchaste eso?, de solo decirlo suena paranoico, patético y cobarde.

—No me estas ayudando—, con dientes apretados y sin abrir mi boca refunfuñe por seguir diciéndome cobarde y patético.

—Claro que lo hago, el que no quiera hacer nada al respecto con mi experiencia y tutoría en el amor, eres tú—el tono ridisurdo que usa solo me deja en claro que, sigue pareciéndole divertida y de comedia de monologo mi actual estado de vida.

—Bueno planteamos la posibilidad de que les hago caso a Midoriya y a ti, comienzo a dejar que ella haga lo que quiera y yo de mientras intento algo con Yaomomo, ¿luego qué?—ironizo, tratando de que entienda que eso ni porque me paguen millones de dólares sucederá.

—Sencillo, invitala a salir y ya. En unos años me invitan a su boda, y quiero ser el padrino de anillos. —Una risa ligada a un “no inventes” de una vocesita que conozco bien, me hace torcer los labios y fruncir aun mas el ceño.

—Tu lo has dicho, no sé nada sobre el amor. ¿Tienes idea de lo fatal que fue mi ultimo encuentro con ella?—, con algo de desesperación por no ir a ningún lado con esto, revuelvo con mi mano libre mi cabellera bicolor.