1. No puedes sentarte aquí

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Muy bien, como lo practicamos...

Pronuncio en mi mente mientras doy pasos cortos y me muevo con ligereza por el amplio pasillo, aprieto el agarre de los libros en mis brazos para darme más seguridad al avanzar pero me aseguro de no hacerlo con demasiada fuerza, puede que hoy sea el día en que lo conozca y si estoy sujetando mis libros con demasiada fuerza será imposible que caigan al suelo y mi historia de amor comience.

Debo mencionar que mi humor el día de hoy está mejor de lo que esperaría, al parecer ni esa tonta prueba sorpresa podrá arruinarme el día, no cuando el pasillo atestado de alumnos frente a mí luce como un campo perfecto para encontrar el amor.

Segundos después y con mucha decepción llego al final de este, permitiendo descansar mis brazos al darle mis libros a Jennie, mi mejor amiga, ella sonríe mirándome y los acepta.

-¿Hoy no fue el día? -escucho su voz y dando un suspiro niego, tengo un 15% de esperanza viva aún de que hoy sea el día.

-No sé qué sucede, quizá mi vibración bajo y por eso no estoy atrayendo a nadie -digo, ella asiente y sonríe.

-Vi a algunos chicos mirarte -menciona.

-Jennie, no quiero miradas quiero acción -ruedo los ojos y me recargo en la pared. ¿Tan difícil es lo que pido?

-Tal vez si dejaras de pensar que vas a encontrar al amor de tu vida de esa manera y dejaras de obsesionarte con eso todo iría de mejor manera y estarías teniendo cientos de citas -me queda claro el tono de burla que hay en su voz pero no le tomo importancia, sé lo que quiero. Lo he sabido siempre y un par de burlas no van a hacer que mis planes cambien.

-Que exagerada, no tendría cientos de citas, además yo sólo quiero una.

-Sí, pero la quieres con alguien que sólo existe en tus sueños y...

-¡Suficiente! No juzgues mis planes, vas a ser mi dama de honor cuando lo encuentre pero si sigues dudando de mí, lo reconsiderare -digo sin dudar. Al instante veo como rueda los ojos y sonríe.

Sé que sólo está jugando y lo que dice es en broma. Ella es la única que sabe de mi plan para encontrar el amor y normalmente me apoya con él por eso sé que está bromeado ahora.

-Está bien, chica romántica -levanta las manos en señal de paz y me mira con gracia- vamos a almorzar que no he comido nada en todo el día y estoy muriendo.

-Igual yo -hablo a la vez que empezamos a caminar. Entrelaza nuestros brazos mientras caminamos y así avanzamos rumbo a la cafetería.

En el camino siento las miradas de algunos chicos, no es nuevo pues Jennie es muy bonita y eso pasa normalmente cuando estamos juntas, todo transcurre normal, hasta que un chico y yo cruzamos miradas por un segundo mientras caminamos.

Va vestido con una camiseta negra y pantalones holgados con una enormes botas negras, debo admitir que no luce mal, pero a mí me gustan los chicos formales y él parece todo menos eso, así que su mirada no me intimida ni incómoda para nada.

Justo cuando pasa a mi lado siento la mano de Jennie apretar con fuerza mi brazo, quizás notó al chico.

-¿Te diste cuenta? Se te quedó viendo -menciona cuando nos hemos alejado lo suficiente de él.

Mientras nuestra conversación sucede entramos a la cafetería en busca de un lugar para sentarnos.

-¿Quién? -evidentemente finjo no saber de quién habla para evitar tocar el tema.

-El chico ese que pasó por tu lado, no dejaba de mirarte, vestía de negro -describe.

-No lo vi, pero si lo hubiera visto diría que exageras pues sólo fueron dos segundos los que estuvimos cerca, cómo vas a decir que no dejaba de  mirarme -ruedo los ojos.

Tan clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora