Tapo mis oídos por un segundo pensando que esto evitará que me aturda con los gritos de Jennie pero no es así, así que cambio mi plan de taparme los oídos por el plan de taparle la boca.
Con mis dos manos cubro su boca y la hago avanzar antes de que alguien más la escuche. Una vez en el patio de la facultad la suelto y veo como brinca feliz. No hago nada para detenerla y sólo sonrío, quisiera unirme a su baile de la felicidad pero de sólo pensar que Emmett podría estar cerca me arrepiento.
-Tuve razón desde el principio -canturrea emocionada aún bailando y me burlo nuevamente sin atreverme a negarlo- ¿Ves? Ni siquiera lo niegas porque es cierto. Yo, Jennie, fui la primera persona en el mundo en escuchar y ver como su historia comenzó.
-No ha comenzado ninguna historia, sólo hemos salido una vez y...
-¡Y ya se besaron! ¿Usaron la lengua? Si sí ya no hay manera de que niegues que te gusta, te conozco y sé cómo eres con todo eso de los besos y...
-Deja de hablar tan fuerte -pido tapando su boca nuevamente.
No puedo evitar preocuparme de que alguien más escuche, porque aunque no es nada del otro mundo, no quiero estar metida en la boca de todos.
-Me callaré si me dices lo de la lengua -menciona y simplemente asiento. Decido que es imposible tratar de silenciarla, pues apenas respondo vuelve a bailar otra vez, aunque admitiré que esta vez su celebración es en voz más bajita.
Si alguien se pregunta porqué está tan feliz, ni yo lo sé. Le conté lo que pasó entre nosotros el mismo día que sucedió, ya que cuando llegué a mi casa me llevé la sorpresa de que ella ya estaba ahí esperándome y durmió en mi casa además.
Hoy han pasado dos días desde entonces y sigue igual de feliz por mí, debo decir que me ofende un poco la idea de que está feliz porque dejé en paz, y posiblemente, estoy renunciando a mi plan del cliché universitario de la chica que se enamora de quien le tira los libros y le ayuda a levantarlos. Todo el drama conocido.
-Yo sabía que no me equivocaba y estabas juzgándolo tan mal, deberías agradecerme las veces que fui floja y te sirvieron para acercarte a él -pide y ruedo los ojos sonriendo. Tan exagerada que no me sorprende.
Siento como mi celular en mi mano vibra y sin pensarlo lo enciendo para ver qué es, una notificación de Instagram me hace sonreír más de lo que pensé que sonreiría alguna vez por algo así.
Emmett me etiquetó en una publicación y es ridículo que me emocioné por algo así pero me siento feliz. Lo culpo a él de todas las arrugas que van a formarse alrededor de mis ojos y boca de tanto sonreír.
¿Fui ridícula al decir eso tan pronto? Porque yo creo que no.
-¿Qué es? -una chismosa Jennie cuestiona viendo la pantalla de mi celular- oh my God, ya entra para ver.
Lo hago y una sensación pesada se apodera de mi estómago, es una rara presión y puedo compararlo con lo que siento cada vez que estoy nerviosa pero un montón más fuerte.
Es tan bonita que no puedo respirar.
Dice la descripción y una serie de fotos de los lugares que visitamos en nuestra cita van apareciendo mientras deslizo, por último, una foto mía aparece y por poco mi corazón se detiene al verla, sabía que habría algo relacionado conmigo por la etiqueta pero no pensé que sería una foto de mí tal cuál.
-¡Quiero llorar por lo bonito que esto es! -el grito de Jennie me trae de vuelta a la realidad y quiero golpearla por romper mi burbuja de emoción antes de tiempo.
-Estaba teniendo un momento tan increíble hasta que gritaste -reclamo y veo su cara de pena al instante.
-Lo siento, deberías hacer lo mismo con él y subir una foto suya para que sean de esas parejas bonitas que tienen sus Instagram llenas de fotos del otro -menciona señalando mi celular y aunque no lo crean, por un segundo lo considero.
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Tan cliché
RomanceToda mi vida soñé con conocer al chico perfecto. Llegaría un día de la nada a salvarme y llenaría mi corazón con tan sólo respirar como Bella lo hacía con Edward. Por supuesto, nos íbamos a conocer en uno de los pasillos de mi universidad pues en u...