El día llegó.
Estoy lista para rechazarlo.
Creo que haré un hoyo en el piso de tantas vueltas que he dado en mi cuarto pensando en qué situaciones podrían presentarse hoy para que él también se dé cuenta de que no soy la persona que quiere, pero ninguna llega a mi mente. De hecho quiero golpearme a mí misma por ser así de negativa con Emmett.
Estoy siendo la persona más prejuiciosa y horrible del mundo porque no puedo dejar de pensar en que estoy fallándole a mi plan, ese plan que creé con tanta ilusión pues estaba convencida de que terminaría llevándome a la vida con la que había soñado desde pequeña, hasta que llegó él a mi vida.
Ahora no dejó de pensar en si estoy haciendo mal en rechazarlo, porque aunque quiero hacerlo, una parte dentro de mí me dice que no es lo correcto.
Me retracto, no estoy lista para rechazarlo, pero hoy sí es mi cita con él.
Un montón de ropa está en mi cama pero no sé qué ponerme, la incertidumbre de no saber qué haremos mata mis ideas apenas llegan a mí cabeza, la única información que me dio es la hora a la que pasará por mí, y ver que cada vez se acerca más y yo ni siquiera sé qué ropa usar me pone nerviosa. Creo que soy una bola de nervios hoy.
-Jennie -digo al celular, me había dicho a mí misma que pedirle ayuda en ella sería mi última opción, no quería dejarle ver lo nerviosa que estoy pero eso ya no me importa, al final de cuentas es mi mejor amiga- no sé qué ponerme, no me dijo a dónde iríamos y no sé qué hacer. Ayúdame.
Envío el audio y espero paciente a que se ponga en línea y me responda.
Poco tiempo después lo hace y creo que no es necesario que mencione lo emocionada y burlona que suena, ahora sabe lo nerviosa que estoy. Aunque después de su lluvia de comentarios sobre mis nervios hay información que me ayuda a decidir que ropa usar.
Parece que ella conoce todas mis cosas porque literal me describe dónde encontrar cada una de ellas, y a los minutos estoy lista con lo que eligió, sonrío al verme en el espejo. Jennie es increíble. Luzco fabulosa.
-Gracias por tu ayuda -agradezco y continúo con el maquillaje.
Una llamada entrante me acelera el corazón y cierro los ojos antes de ver el nombre de la persona que me llama, es obvio quién es.
-¿Estás lista? -cuestiona. Su voz suena animada y puedo asegurar que está sonriendo así que sonrío también.
¿Qué rayos me estás haciendo? Yo no solía sonreír al teléfono al imaginarme la sonrisa de quien está del otro lado. ¡Dios!
-¿Estás ahí?
-Sí, lo siento. Eh, estoy casi lista, ¿quieres pasar? -ofrezco pensando que se negaría pero para mi sorpresa su respuesta es afirmativa.
Mientras camino a la puerta de entrada me autorecrimino haberle ofrecido entrar y no puedo dejar de pensar en que si ya me sentía nerviosa estando sola, ahora teniéndolo cerca y mirándome será más difícil terminar de arreglarme.
Lo primero que veo al abrir, es un Emmett con una camisa blanca, pantalones y chaqueta de mezclilla aunque noto que no es la misma que me prestó sino que es una aún más grande.
-¿Tienes muchas chaquetas? -es la primera estupidez que sale de mi boca.
Sus ojos bajan hacia su pecho y tira de la chaqueta para verla, parece sorprendido de mi pregunta y sólo asiente. No se ve nervioso y me da envidia.
-Iba a traerte flores pero...
-Que bueno que no lo hiciste, las flores no me gustan mucho en realidad y creo que soy alérgica porque cuando las tengo cerca siento algo raro y... -tonterías salen de mi boca como si me pagaran por decirlas o mi vida dependiera de ello, y honestamente para este punto ya me caigo mal- pasa, mejor.
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Tan cliché
Roman d'amourToda mi vida soñé con conocer al chico perfecto. Llegaría un día de la nada a salvarme y llenaría mi corazón con tan sólo respirar como Bella lo hacía con Edward. Por supuesto, nos íbamos a conocer en uno de los pasillos de mi universidad pues en u...