9. Te extraño

78 21 26
                                    

El clima frío finalmente estaba llegando a su fin y con él también estaba yéndose la semana, el final del viernes en la universidad estaba por llegar y realmente mi espalda lo agradecía, pues toda la semana he cargado libros de más y hoy desafortunadamente estoy sintiendo las consecuencias.

-Vayamos a comer cuando salgamos -menciona Jennie. El tono en que lo menciona me da a entender que está igual de fastidiada y cansada que yo.

-Claro -respondo.

Sin más opción espero paciente que finalice la clase y finalmente cuando el profesor se despide dejo caer mi cabeza sobre mis brazos en el escritorio. Estoy agotada.

-Sería increíble tener a alguien que nos llevara hasta el restaurante en vez de tener que ir caminando, que terrible que ese alguien fue ahuyentado por otra alguien -la indirecta súper directa de Jennie me hace reír y levantarme para verla.

No ha dejado de aprovechar cada oportunidad que tiene de hacerme saber que no está de acuerdo con lo que pasó con Emmett. Según ella cometí un error y fui grosera, no voy a negar que quizás tiene razón. 

-También sería grandioso que alguien tuviera mejor condición y dejara de quejarse -respondo, no le daré la razón tan fácilmente.

La veo rodar los ojos y así ambas salimos del salón, hoy estoy tan cansada que no tengo ganas de seguir cargando libros en los brazos ni de encontrarme con nadie en los pasillos, sólo quiero comer.

En vez de caminar decidimos tomar un taxi y mientras nos dirigimos al lugar entro a instagram para perder un poco de tiempo, de lo primero que me doy cuenta es que Emmett no ha subido hoy, como los días anteriores que tampoco lo hizo, para este punto ya comenzaba a parecerme extraño pues sé que él suele subir al menos una o dos historias al día y en toda la semana no lo ha hecho.

-Dices que no te importa y estás revisando su perfil -se burla Jennie y bloqueo el teléfono pareciendo desinteresada.

-Me apareció de casualidad -miento.

-Claro, ¿por qué no lo llamas?

-Porque no quiero -respondo y la empujo lejos de mí, con lejos me refiero a veinte centímetros de distancia pues estamos sentadas en el asiento trasero del auto y no es posible alejarla más.

-¿Por qué no admites que lo extrañas? -bromea, pero algo en su voz me deja saber que no es una broma del todo.

Está convencida de que tome una mala decisión al alejarlo pero yo no hice nada, él se alejó solo, mi rechazo sólo demostró que quería acercarse a mí por puro juego y no porque yo realmente le gustara. Al menos he tratado de convencerme de que es así, quizá me contradiga mil veces.

-Admito que tengo hambre -respondo.

Finalmente llegamos y lo agradezco, al menos así va a dejar de molestarme con lo mismo.

-¿Qué vas a pedir?

-No sé, podría comer cualquier cosa porque...

-Disculpen, ¿vienen solas?

Ambas miramos en dirección al chico que interrumpió mis palabras y asentimos, es obvio que venimos únicamente nosotras dos.

-Genial -sonríe- yo y un amigo también, podemos sentarnos juntos y conocernos mejor.

Jennie hace un mueca y yo niego de inmediato con la cabeza, él sólo se ríe y trata de seguir bromeando pero no es gracioso, es molesto.

-¿Qué? Temen enamorarse de nosotros, ¿verdad?

-No, sólo no queremos comer con ustedes -dice Jennie y yo sólo lo miro.

Él insiste e incluso trata de invitar a su amigo a la mesa pero este lo rechaza y le pide que regrese a su lugar.

Tan clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora