8. No haré nada que tú no quieras

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¿Qué rayos fue eso?

La pregunta ha estado rondando mi mente toda la tarde, sobretodo la actitud que tuve con él durante todo el día fue extraña.

Golpeo mi frente y me extiendo en toda la cama, giro en ella y mi vista se encuentra con su camiseta sobre la mesa.

Decidí dejarla ahí para evitar que se arrugara y entregársela mañana junto con la chaqueta, debo admitir que el olor que desprende es relajante y mi habitación ahora está llena de ese aroma.

Admito que fue muy amable al prestarme su ropa, yo en cambio fui descuidada al confiarme del sol brillante que vi en la mañana, en lugar de checar que el pronóstico del tiempo predecía lluvias para toda la semana.

Reviso la hora en mi teléfono y decido dejar de perder el tiempo pensando en todo lo que pasó hoy y los errores que cometí, en lugar de eso, me levanto para elegir lo que usaré mañana y así poder dormir un poco más y estar lo suficientemente abrigada al día siguiente, así no necesitaré la ropa de Emmett otra vez.

Sin pensarlo mucho, busco su contacto para enviarle un mensaje y avisarle.

Mañana no necesitaré tu ropa, te la devolveré. Gracias por prestarmela hoy:)

Envío. Dejo el teléfono sobre mi cama y me apresuro a elegir mi atuendo para poder ir a dormir.

Al día siguente la mañana es fresca, el cielo está nublado pero no llueve, al revisar mi celular veo que tengo dos mensajes, uno de Jennie y otro de Emmett.

¿Nos encontramos a medio camino?

Dice el de ella.

No uses falda hoy, hace frío y podrías enfermarte<3

Dice el de él, hace mucho que no recibía un corazón de esa forma, tanto que ya ni los recordaba.

Respondo sólo el mensaje de Jennie y sigo con mi rutina para estar lista a tiempo.

Al salir de casa, el mal tiempo es evidente pero me siento tranquila al saber que hoy sí elegí la ropa correcta, más pronto de lo que me doy cuenta he llegado al lugar donde me encontraré con Jennie, pero ella aún no está aquí así que me siento en la orilla de la acera para esperarla.

-¿Hace mucho que llegaste? Se me hizo un poco tarde porque mi gato no quería comer -miro hacia ella y sonrío, se ve tan tranquila que me dan ganas de abrazarla porque se ve como si fuera muy cálida, lo es y también se ve así.

-No tengo tanto tiempo aquí -respondo sin levantarme.

-Falta bastante para que entremos, me sentaré contigo -dice. Se acomoda a mi lado y abre su mochila buscando algo - Ten, no alcance a desayunar así que traje algo para las dos.

Me entrega un bowl con pequeños hot cakes dentro y un termo con café, me da gracia el hecho de que tuvo tiempo para preparar esto pero no para desayunar en su casa, aún así agradezco y las dos empezamos a comer.

-Jennie se ven muy lindos, gracias -digo.

-Te has comido la mitad y apenas me agradeces -entrecierra los ojos y me da tanta risa que casi me atraganto con el café.

-Casi muero por tu culpa -reclamo de broma y ella se encoge de hombros.

Un trueno repentino hace que no terminemos de desayunar y guardemos todo de inmediato para seguir con nuestro camino a la facultad antes de que empiece la lluvia.

El tiempo de camino se me pasa rápido al reír con las bromas de Jennie, cada cosa que dice me da gracias y es que no tenemos nada serio de que conversar y aún así hablamos sin parar. Al llegar, un nuevo y muy fuerte trueno hace que me sobresalte, no me dan miedo pero el sonido fue tan alto que me sorprendió.

Tan clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora