(8) Boda o ¿no boda?

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Al día siguiente de la exitosa propuesta, decidieron comenzar de una vez a amueblar su enorme nueva casa, la cual contaba con un baño por planta, cocina y comedor juntos, sala de estar al otro extremo y seis habitaciones por sección, claro, por si es que habían invitados.

Ambos estaban muy felices pero muy extremadamente felices, aunque les quedaba el peor obstáculo antes de congeniar los planes de la boda, ¿Qué dirían los padres de Samantha al respecto? Ellos sabían cuánto se amaban, pero a la vez tenían más que claro cuánto le había hecho sufrir con el tiempo pasado, ellos estarían más que felices con cualquier decisión que tomará su pequeña, claro, ahora solo quedaba decirles la feliz o tal vez para ellos devastadora noticia anticipada.

Samantha tres días después de su propuesta y comenzar a amueblar su casa, se dirige al pequeño hogar de sus padres, los cuales no estaban en ese lugar por algún motivo en el cual no tenía conocimiento alguno. Tal vez podría dejarle una nota con un mensaje, pero no tenía caso, ya que prefería hacerlo por su propia cuenta, ella tenía más que claro que su madre organizaría su fiesta, vestido o cualquier drama que conlleva una boda como tal.

Paso un par de días sin ir donde sus padres, necesitaba preparar algo para contarles pues en menos de quince meses ocurriría el más esperado y extravagante suceso de la ciudad, pues, la familia Moll's siempre obtenía el primer lugar en cuanto a festividades o bodas como tal a lo largo de las últimas cuatro generaciones de familia.

La bisabuela Moll's tuvo aproximadamente unos seiscientos invitados el día de su boda, extenso evento con veinte meses de planificación.

La Abuela Moll's mantuvo el ligue de ser la fiesta más grande invitando a aproximadamente cuatrocientas ochenta personas el día de su boda, evento que tardo doce meses en ser planificado.

La actual señora Moll's, madre de Bruno, obtuvo menos cantidad, pero sin quedarse atrás con cuatrocientos veinte invitados y veinticuatro meses de planificación.

Samantha tenía una enorme presión bajo sus hombros, ¿cómo llegar ese nivel en dieciocho meses? ¿De dónde invitaría a tantas personas? No lograba llegar a conocer ni la mitad. Cada vez que nacía un nuevo miembro de la familia se comenzaba a especular como seria la próxima boda de esta familia, pues, la gente ya estaba impaciente con Bruno, solían casarse dentro de los veinte a veinticinco años.

Al llegar a casa, Samantha volvió a leer varias veces las palabras de Bruno en su mente, era actualmente la novia más feliz.

Llegó a casa, y sin pensarlo se paró a observar detenidamente el río por la ventana, tenía a metros el río sin embargo prefería observar por el enorme ventanal. Esperaba día a día que llegará bruno para dar una vuelta extensa por los montones de kilómetros de rio, se encontraba como la mujer más feliz.

[Al otro día]

Apenas despertar, accedió a darse una extensa ducha de tina y burbujas, luego de un rato, Bruno se unió al baño, pues, el baño se hizo el doble de largo.

-Hola, tan temprano por aquí- Dice Samantha, mientras enjabona su brazo izquierdo.

- ¿Qué temprano hablas? - Dice mientras se mete a la bañera.

- ¿Qué haces? Yo me levante bastante temprano para poder ir donde mi madre a darle la noticia de la boda- Dice mientras se acerca a los labios de su prometido y levantándose para por fin salir de la bañera.

-No sé si deba dejarte ir tan rápido- Dice levantándose y tomando su cintura, depositando un beso.

-No me puedes tentar, no hoy- Dice mientras responde sonriente al beso, seguido de esto, sale de la bañera para poder arreglarse.

Countdown/ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora