(13) Juliet.

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Por la mañana siguiente, Sam se levantó y notó una pequeña cartita en su mesa de noche con un enorme mensaje con el cual soltó una peculiar y relajada risita "No abrir hasta que estés totalmente despierta, ambas"
Por lo cual, la abrió.

"Saldré a buscar un par de cosas, te quedarás sola unas cuantas horas, espero hayas dormido bien, te amo"

Al leer la nota, soltó una risita levantándose de la cama para dirigirse al balcón con una bata medianamente corta. Un rato después de observar por la ventana con un té bastante frio, decidió volver a la cama, ya que, estaba bastante cansada.

Al paso de unas cuantas horas, Bruno regresa entrando al cuarto, al verla dormida solo tiende a sonreír, enserio amaba como se veía durmiendo, riendo, gimien-, bien, irrelevante.
Se sentía el hombre más afortunado del planeta, podía ver por el resto de su vida dormir a sus dos princesas, darles todo lo que desearán, sabía que ese bebé que estaba por llegar seria lo suficientemente consentida para ser denominada como "caprichosa" pero también sabia que mientras él viviera a ninguna le haría falta algo.

-Buenos días- Dice con una sonrisa, mientras despierta a Sam abriendo las enormes cortinas, las cuales seguían cerradas.

Ella frota con cierto enfado sus ojos y los abre de golpe para observar a aquel hombre cual amaba interrumpiendo su sagrado sueño -¿Qué quieres?- dice enfadada con uno que otro quejido de por medio.

Quejidos por los cuales el suelta una sonorosa risa -Ya despierta, mujer, es bastante tarde- dice sonriendo.

-¿Qué hora es?- Dice ella observándole confundida.

-Doce con cuarenta- Dice él observando el reloj de su mesa de noche.

-Me levante bastante temprano, solo que no estabas y yo...- Dice pero resulta ser interrumpida por Bruno.

-Decidiste quedarte en cama unas cuantas horas- dice riendo.

-Sí- dice y al momento, se cruza de brazos enfadada.

-¿Por qué te enfadas?- Dice arqueando su ceja

-Tú- dice levantándose de la cama para ir a su lado -No me entiendes- dice cruzando sus brazos frunciendo su ceño junto con un puchero.

-Hasta enfadada te ves hermosa- Dice riendo -Ven aquí, pequeño hámster- La abraza de modo que ambos queden lo bastante pegados -Te amo- Dice al abrazarla, depositando un delicado beso en su cabeza.

Ella suspira sonriendo -Yo también te amo- Dice murmurando mientras lo abraza.

-¿Vamos a desayunar?- Dice él mientras sonríe -Te preparé algo que creo, te va a gustar-

Ella sonríe -si, si, si- comenzó a decir esto repetidas veces, casi como una niña pequeña totalmente emocionada por un dulce, esta escena era tan satisfactoria para él, amaba verla feliz, emocionada o con una simple sonrisa en su bello rostro.

Al salir de la habitación ambos caminaron directamente a la cocina, donde por alguna razón había un delicado aroma a canela con romero, el cual le resultaba completamente satisfactorio a la chica.

En la mesa, había un gran banquete de comida, bastantes tostadas, uvas, sandía la cual estaba cortada en pequeñas bolitas, mantequilla de maní, cacao, chocolate en todas sus posibles formas, fresas cortadas delicadamente en rodajas, junto a ellas un pequeño pastel de vainilla y fresas, postre el cual era el favorito de la chica.

-No era necesario todo esto, enserio- dice observando la mesa con una ilusión de niña pequeña.

-Se que amas esto y se que amo hacerte feliz- dice él abrazándola por detrás tocando su pequeña pancita.

Countdown/ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora