(17) Bienvenida, amor.

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Los días, meses e incluso semanas, pasaban sin cesar, tenían la excéntrica duda de cual sería el día en que llegaría la princesa de la enorme mansión Moll's, por lo cual apenas cumplió el sexto mes de embarazo comenzaron a hacerle su cuarto, digno de una princesa, claramente.

La habitación consistía en muchos colores neutros y rosas, tan grande como una mínima casa común, piso de cerámica decorado con un bello diseño marmoleado, pared totalmente blanca y junto con estos detalles decidieron dividir la habitación en tres sectores, ya que, su idea era que tuviera espacio pero también tener todo organizado. 

La primera sección seria una delicada zona de juegos, la cual estaría adornada con una suave alfombra color salmón, un par de cajas de madera adornadas con animalitos pintadas a mano, dos estanterías que desde ya, estaban llenas de libros infantiles y junto a ellas dos pequeños sofá color rosa pastel, una pequeña mesita de actividades que se encontraban a su lado dos sillas pequeñitas color beige,  junto con unos pequeños marcos de fotos dorados colgados en la pared, claramente aún vacíos.

La segunda sección se encontraría una zona totalmente vacía, pues, esta seria completada a medida que la niña fuera creciendo, solo se encontraba una tv gigante, Sam realmente no estaba convencida de tener una televisión en un cuarto para una bebé, la idea realmente no le agradaba, para nada, pero creía que tenia que acceder a veces, frente a ese televisor se encontraba un sofá que podría cerrarse si es que algún día alguien se dormía ahí, contaba con una banda de madera,tipo cuna más bien, todo color blanco y beige, con un espacio a los costados para meter diversas cosas.

La tercera sección, era la más grande, en esta se encontraba una enorme pared de espejo con bordes de plata, en la cual, detrás de esta, estaba el enorme closet y baño, en medio de este sector se encontraba una cuna blanca con su nombre tallado en oro en la parte posterior de la cuna, la cual estaba recubierta de sabanillas bordadas con el nombre junto con una pequeña almohada y conejito azul cielo a juego, bajo esta una alfombra bastante grande color azul cielo, en un costado se encontraba una carriola color beige encima de esto, unas baldas rellenas de bolsos y mínimos juguetes para bebés recién nacidos, en un borde se encontraba un cambiador enorme  donde se encontraban varias canastillas para cremas, wipes, pañales, realmente  esta sección y las otras estaban divididas por unas pequeñas y estrechas escaleras para lograr subir, junto esta una rampa lisa.

Bruno envió a hacer una bañera para bebé de mármol para el baño de su hija, claramente como padre primerizo, deseaba tener todo perfectamente ubicado para el día en que llegará.

Era una habitación básicamente, de ensueño.

Sam estaba completamente emocionada con la habitación de su futura primogénita, esa bebé probablemente iba a ser la más afortunada de la ciudad, su closet contaba con aproximadamente con mil piezas de ropa de distintas tallas y edades, también cerca de cuarenta pares de zapatos de bebé con tallas distintas para ir cambiando.

Bruno día a día revisaba cada detalle de la habitación, debía estar en perfecto estado, claramente ser la hija de un Moll's tenia sus claros beneficios.

Tardaron dos meses y medio en realizar la habitación, por lo cual, al acabarla, Sam ya tenia ocho meses y medio de embarazo, Bruno no permitía que saliera sola y mucho menos le permitía estar sola, en caso de cualquier complicación o parto inminente.

-Me quedaré en casa por los próximos ocho meses- dice bruno para sentarse a su lado y sonreírle a Sam quien lo observaba.

-¿Crees que sea lo correcto?- Lo observa sonriendo.

-Claro, la niña debe ser cuidada por ambos, tu serás su madre pero necesita de mi, necesita saber y tener claro que  tendrá a su padre cuando lloré o simplemente quiera estar en brazos, mimándose- sonríe.

Countdown/ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora