(28) Escapada.

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Al día siguiente, ya recibía visitas, demasiadas en realidad y ella solo deseaba minutos de paz luego de casi morir pariendo a ese niño, según él médico solo Bruno tenía permitido quedarse al ser el padre del bebé y esto si era verídico, aunque a él le sorprendía a grandes rasgos ver como estaba tan bien después de casi morir en una cesárea. En realidad, ambos aún seguían muy extrañados de tener un niño pero podrían salir de eso con facilidad y ayuda, mucha ayuda.

-No sé cuidar un niño, estaba preparada para dos niñas- suspira mientras observaba a su hijo recostado frente a ella.

-Yo aún estoy asimilando el hecho de que te vuelvo a ver veinte minutos antes de que entraras al parto, y luego como si nada tenemos dos hijos- le observa mientras carga al bebé.

-Ay vamos, perdóname por eso, no sabia que más hacer porque te conozco tan malditamente bien, que tengo claro que desearías vivir todos juntos de nuevo y yo ni siquiera quería verte- suspira mientras lo observa.

-¿Podemos hablar un segundo?- se sienta en la camilla dejando al bebé en una pequeña cuna.

-Claro, ¿Qué sucede?- mientras se acomoda le observa.

-Perdóname ¿sí? -toma su mano haciendo una pausa para observar al bebé- yo no quería hacer eso y se que suena como una excusa muy estúpida, pero, amor, yo a ti te amo como nadie en este mundo, tú y nuestros hijos me hacen dar una vuelta al mundo sin la maldita necesidad de comprar un tiquete, se que quizás suena como que intento excusarme y claro que en algún momento fue así pero cuando te fuiste..- hace una pausa para observarla- cuando se fueron mi vida quedo de cabeza y no regreso a estar bien hasta esa llamada, yo te amo, y se que pese a todo el daño que te hice por el cual me pienso torturar el resto de mis días, tu también me amas- la observa mientras sonríe.

-Bruno...- suspira mientras se levanta con sumo cuidado.

-No te presiones, no espero que me digas algo ahora mismo- sonríe mientras le ayuda.

-Mierda, no se que estoy esperando, te tengo en frente y me resulta tan malditamente complicado hacer esto, puedo asegurarte que eres el amor de mi vida solo que...- hace una pausa para mirarle a los ojos suspirando -solo que dueles porque no soy capaz de alejarme de ti sin sentir dolor- sin notarlo siente los brazos de él acorralando su cuerpo en un abrazo -mierda, te extrañé tanto- sonríe mientras se deja envolver en sus brazos.

-Regresa conmigo, te lo pido- la abraza mientras quita un par de cabellos de su rostro.

-No lo haré, te quiero, enserio, eres todo lo que quiero y eso me duele porque se que pesé a tener dos hijos no podremos estar separados y cuando te veo solo quiero tocarte, besarte y quien demonios sabe cuantas cosas más, pero, me hiciste daño y eso...- lo observa mientras él le interrumpe.

-Es imperdonable- dice serio mientras se tira a un pequeño sofá ubicado al lado de la camilla.

-Mierda, lo siento-

-Solo te busque para coger en un comienzo, ¿lo sabes?, más bien, era lo único que me importaba de ti cuando nos conocimos- hace una pausa para observarla, estaba seria y con los ojos algo aguados -hasta que te conocí, tan malditamente inteligente y bella, cautivaste mi persona como nunca alguien lo logro hacer y no te lo puedo perdonar porque pesé a que eres el amor de mi vida y te convertiste en eso el primer día simplemente tú y luego comenzamos una familia- le observa mientras pasa una de sus manos por su cabello -Eras solo sexo y esta mierda se me fue de las manos-

-¿Por qué no me tocaste simplemente la primera vez que nos conocimos? te hubieras ahorrado toda esta mierda melancólica- su voz estaba entrecortada, no pensaba en lo que decía, nuevamente le estaba hiriendo.

Countdown/ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora