(31) Solo tú.

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Bruno y el Detective estuvieron hablando horas, la única conclusión concreta para no levantar sospechas de la investigación era simplemente declararle el fallecimiento, en principio enterrar un ataúd vacío hasta terminar toda la investigación con un máximo de dieciocho meses, ni un día más.

Un par de días después, llevaron a cabo el plan, jamás encontraron un cuerpo como tal, entonces el creía que existía posibilidad, aún así mandaron a hacer exámenes de ADN a cualquier rastro de sangre.

-Coincide- el detective llega con las pruebas en mano y le observa

-¿Qué coincide?- alza su ceja

-La sangre, dentro de un pequeño charco coincide-

-Mierda, el plan sigue, claro- suspira.

-También se encontró su vestido de esa noche, tenía sangre, mucha sangre, puedo asegurarte que cantidades inhumanas de sangre- aclara su voz al ver la expresión de Bruno que a su par, golpeaba la mesa despacio.

Ese mismo día ordenaban todo, el rastro de sangre y el vestido era mucho shock por un solo día, mierda, demasiado para un día y demasiado para él, escuchar eso rompió algo, quería matar al muerto y también quería matar a Lío quien fue quien quedo vivo de ese atentado por lo que sabia fue idea de alguno de ellos salir de esa fiesta.

-Haremos esto y créeme que dentro de mis posibilidades esta encontrarla, da igual como, pero lo haremos-

-Sabes que debes hacerlo o te quedas sin trabajo- sonríe suspirando

Todo el drama del funeral no fue complicado pero el hecho de observar a su suegra llorar desconsolada y no poder decirle nada con respecto a la investigación le dolía, ya que, el no se imaginaba perder a uno de sus hijos, Phill al tener cinco meses no entendía absolutamente nada de lo que estaba sucediendo pero ver a su hija llorar de una manera desconsolada le terminaba de romper el corazón, quería abrazarla y decirle que todo esto era una broma, que mamá volvería pero realmente eso no sería así.

Unos minutos después dejaron caer ese ataúd, estaba tan vacío pues era su carnada para ganar tiempo, cuando todos por fin dejaron el lugar él se quedo, quería observar eso y no perderlo de vista, sufrirle cuanto le doliese y el tiempo que le doliese.

[𝐒𝐚𝐦𝐚𝐧𝐭𝐡𝐚 𝐖𝐡𝐲𝐥𝐥𝐞𝐧

𝟏𝟗/𝐀𝐠𝐨𝐬𝐭𝐨, 𝟗𝟑

𝟐𝟑/𝐀𝐛𝐫𝐢𝐥]

-No se que fue lo que hice mal con exactitud, pero tu y yo no deberíamos estar viviendo este maldito infierno, yo no debería estar viviendo esto, que puto infierno- hace una pausa para observar el césped -eres todo, eres el único amor de mi vida y ni siquiera se donde estas y si es que estas bien, mierda, me haces torturar con esto porque no tengo la menor idea de que decirle a  las personas respecto a esto- cierra sus ojos y luego suspira al ver a su madre llegar.

-Yo te lo advertí, te advertí esta mierda y lo tienes claro- le observa seria conjunto con un frio y notorio cambio de voz

-Prevenir no es advertir, lo sabes- da un giro para ignorarle

-¿Enserio entraste a las mejores escuelas y universidades para ser un maldito ignorante? esto no es lo que críe- hace una pausa con un tono serio -Sam no debía estar en esa maldita fiesta en primer lugar, por ningún motivo, por eso fui a advertirte pero veo que poca razón escuchas-

-¿Así no me criaste? ¿tu sabes al menos como carajos me criaste? claro que no, porque viví rodeado de niñeras y putos internados, y apenas encuentro alguien que me hace bien te encargas de joder cada maldito segundo- su voz era fría pero algo rota -eres una hija de puta hipócrita

Countdown/ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora