Fama de Moll 's, fama de hijo de puta, fama de mujeriego y quien sabe cuanta mierda hablaban en la prensa infundada. Noticia de las mil chicas rompía su fama, sobrevivía dentro de esa oficina siendo rodeado de miradas nada disimuladas, miles de familias presentando a sus hijas para casarse, las usaba, follaba y desechaba.
Familia deshecha y maldita, fortuna condenada de rabia y sorpresas desencadenadas con los años, dolores con traiciones irreparables, familia de hipócritas y falsos contratistas, empresas mal mantenidas, el obligarse a mantenerlas a flote para no revelar secretos se llevó su adolescencia y mayoría de vida, jamás creyó hacerlo, en realidad si era algo que odiaba con todas sus fuerzas pero al no tener opción solo cedió.
Adress, primo menor de la extraña dinastía Moll ́s, posiblemente él único heredero hasta que Bruno no decidiera casarse y sentar cabeza de una maldita vez, todos perdían pacíficamente la paciencia por ese acto, la noticia furor del año era una decepción y él lo remarcaba como su mejor éxito.
"Mil mujeres en un año" vaya mierda de orgullo.
Adress a sus cinco años era tranquilo, disciplinado y juicioso a sus actos, le hubieran dejado de cabeza en la oficina si no fuera un niño pequeño.
-¿Ninguna de esas mil chicas quedó embarazada? espero que sí para que te dignes a tomar cabeza en una familia- saca el tema frunciendo notoriamente el ceño ante su hijo.
-Vamos, Orden- levanta su vista -no me interesa formar familia, ninguna es totalmente digna para ser esposa de un Moll's de mi nivel- frunce el ceño riendo.
-Te necesito en la cafetería administrando-
-No- frunce el ceño
-Hay una chica...- detiene su charla -es linda, va día tras día y es perfecta para ser una Moll's, pelinegra, la querría para mi si no existiera tu madre- toma su atención yéndose.
-¿Ahora es afición buscarme una pareja ideal? que estupidez- toma un par de documentos firmando.
En su mente no estaba claro si era peor follar por deporte o tener una familia jodidamente irritante la cual deseaba que se largara de ese lugar pronto con una familia. Su madre reclamaba por querer conocer a sus nietos, su hermana menor deseaba sobrinos y su padre solo quería que calmara las aguas de la familia.
En menos de ocho meses remodeló cuatro veces la oficina central, no encontraba un aroma exacto que le gustara del todo, probó con aroma a rosas, monte e incluso aroma a distintos árboles frutales, nada funcionaba, nada le gustaba.
La propuesta de ir a la cafetería rondaba por su cabeza, no era novedad que era una parte más de sus tantas herencias, mandó a redecorar la casa del abuelo, mucho más antigua que sus creencias solo por si encontraba pareja en corto tiempo.
Tradiciones, le entregaría las llaves a la primera mujer que llevaría ahí, su futura esposa.
Una antigua tradición familiar, bastante ridícula por lo demás.
Visitas a oficinas privadas, consultorios equinos, documentos sin firmar y charlas pendientes dentro del grupo internacional, programas por aprobar y temas económicos por rechazar, no le interesaba la empresa más que mantenerla en pie, no tenía la motivación sobre sus hombros de mantener una familia, así que, poco le importaba mantener a flote esto.
Cafeterías, hoteles, empresas, todos divididos entre la familia, una familia egoísta y reinados por cabezas rodando, arte del negocio era aprender a matar a tu peor enemigo desde pequeño, así fuera tu familia, enemigos son enemigos.
Regla número uno de la descendencia Moll's, Jamás te enamores de tu enemigo o de alguien quien te haga ser débil, puedes mover cielo, mar y fuego por esa persona pero no enamorarse.
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Countdown/ #1
Romantik- 𝑃𝑅𝐼𝑀𝐸𝑅 𝐿𝐼𝐵𝑅𝑂 𝑃𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟 𝑎𝑚𝑜𝑟, 𝑒𝑠𝑒 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑑𝑒𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑡𝑒 ℎ𝑎𝑏𝑙𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑚𝑖𝑒𝑑𝑜 𝑎 𝑒𝑞𝑢𝑖𝑣𝑜𝑐𝑎𝑟𝑠𝑒. ¿𝑌 𝑠𝑖 𝑒𝑙 𝑝𝑒𝑜𝑟 𝑒𝑟𝑟𝑜𝑟 𝑛𝑜 𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑏𝑙𝑎𝑟𝑙𝑜 𝑦 𝑠𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑒𝑛 ℎ𝑎𝑐𝑒...